La falta de lluvias golpea a la zona núcleo y a gran parte del país. El escenario que se avecina no es el mejor. Los productores agropecuarios observan con preocupación qué pasos dar frente al impacto que tiene el fenómeno de La Niña.
La doctora María Elena Otegui, investigadora del Conicet en INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) Pergamino y profesora de la Universidad Nacional de Buenos Aires, en diálogo con El Norte explicó: “Estos son eventos extraordinarios, esta situación se dio en 1975 (Rodrigazo), en 2001 (crisis socioeconómica) y este año”. “Me parece que uno debería sacar enseñanzas de todo. De las dos anteriores no sucedió. El aprendizaje es que nuestro país, por el momento, sustenta directa o indirectamente a todos desde el campo y debiera estar la política toda pensando qué va a hacer si este año resulta de muy mal rendimiento, como sería esperable. Si después eso no ocurre, bienvenido. Deberían estar discutiendo eso antes que ver quién es el próximo presidente”, agregó.
Luego remarcó: “A mí me sorprende que no nos consulten sobre esta información, los datos están, sabemos qué nos pasó en las situaciones anteriores, esto es un fenómeno histórico. Creo que hay que tomar esta situación seriamente”.
Natalia Gattinoni, licenciada en Ciencias de la Atmósfera, quien trabaja en el sector de Agrometeorología del Instituto de Investigación Clima y Agua del INTA, señaló: “Fuimos informando sobre el panorama que estamos transitando, esta escasez hídrica que tiene la región (zona núcleo), y la pregunta de los productores es cómo seguimos. Este escenario se ha repetido en otras oportunidades, los modelos hoy están indicando un alto porcentaje de que continuemos en esta primavera y en el inicio del verano con este fenómeno principal que es El Niño, en su fase fría que es La Niña. Mirando los datos históricos nos dice que no nos favorecen las precipitaciones en la región y en particular en lo que es el norte de la provincia de Buenos Aires”.
Posteriormente indicó: “Esta situación se ha repetido en tres oportunidades, cuando se mide en la duración y en la longitud que tiene este fenómeno. Esto va a quedar para la historia, para los estudios que se van a hacer y para las conclusiones que hay que tener en cuenta para el futuro”.
La licenciada Gattinoni remarcó: “El pronóstico, cuando uno mira el fenómeno de El Niño, es a nivel global; con La Niña, el impacto que tiene es distinto. En lo que es noreste de la Argentina, su impacto es a reducir, disminuir las precipitaciones. Todos globalmente transitan una Niña, y la diferencia varía de acuerdo a la intensidad”.
Consultada por El Norte sobre si existe la probabilidad de que este escenario se pueda modificar, expresó: “Hoy tenemos una incertidumbre, que está y que probablemente vamos a seguir investigando para poder ir avanzando un poquito más, pero nunca vamos a lograr la certeza que el productor quiere. Yo sé que detrás hay dinero, hay mucha inversión, y lo reconocemos desde nuestro ámbito. Pero no podemos tener un cien por ciento de certeza con lo que va a suceder en la atmósfera. Lo que se espera al día de hoy es esto, por eso le decimos a los productores agropecuarios que estén informados mes a mes. Este fenómeno tienda a su neutralidad en el trimestre febrero, marzo, abril y, por lo tanto, en esos meses vamos a tener mayores chances de lluvias de otoño en la región”.
Tiempos y momentos de siembra
La doctora Otegui, además, se refirió a los cambios que el fenómeno les lleva a realizar a los productores agropecuarios. “Este año en particular, por ejemplo, una siembra temprana quedó descartada en sí misma porque no llovió. Eso rara vez había ocurrido. En otros años había algunas lluvias y la gente sembraba, no estaba en mejor condición de pronóstico y después sacaba la mitad de rendimiento. Eso hoy con las herramientas que tienen los meteorólogos y ciertos niveles de probabilidad a uno le ayuda a tomar algunos recaudos. En general, cuando hay un nivel de incertidumbre importante, cuando no tenemos un 90 por ciento de señales, frente a La Niña uno no puede decir ‘haga esto o haga aquello’. Cuando hay una certeza un poco mayor puede tomar un recaudo para tomar decisiones de manejo de los cultivos”.
Frente a este escenario, ¿la alternativa es volcarse a la soja?, preguntó este medio. “Mucha gente nos pregunta si es lo más conveniente hacer soja, y en la medida que va transcurriendo el tiempo las siembras de diciembre de maíz no van a ser buenas en general, no solamente cuando uno tiene el escenario de poca lluvia, sino cuando hay poco almacenaje de agua en el suelo. Eso hace la diferencia, si uno estuviera partiendo de un buen nivel de almacenaje, sigue siendo una mejor opción un maíz en diciembre que una soja, que todos sabemos que sacrifica rendimiento a medida que atrasemos la siembra en diciembre. Este año estaríamos comparando, prácticamente, aunque no haya un antecesor, dos cultivos como de segunda. ¿Qué lo hace de segunda? La reserva que no está. Cada uno debiera conocer su lote porque hay variabilidad en esta zona. Hay otras zonas con otras condiciones que tienen un mejor nivel de reservas en el suelo”.
En el final, Otegui subrayó: “Si hoy los meteorólogos nos están diciendo que hasta diciembre es dificultoso que llueva, y aun si lloviese en el transcurso de la primavera, no es muy recomendable sembrar hasta diciembre, para poder, al menos con alguna estrategia segura, darnos un rendimiento un poco mejor. Por eso, en este escenario no hay que mentirle a la gente porque en principio va a ser un año muy malo. Entonces, como se suele decir, esperemos lo mejor y preparémonos para lo peor”.