Desde anoche y durante buena tarde de este viernes, San Nicolás volvió a verse invadido por el humo proveniente de las islas ocasionado por la quema de pastizales. Tal como sucediera exactamente un año atrás, los nicoleños volvieron a padecer las consecuencias del fuego generado frente a estas costas y cuyos responsables siguen sin recibir condena alguna. Alergias, dolor en los ojos y de cabeza, algunos de los malestares que declaraban los afectados.
De la redacción de EL NORTE
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Durante miércoles y jueves se volvieron a divisar desde zona continental grandes columnas de humo en las islas que se encuentran frente a las costas de San Nicolás. El viento jugó a favor de los nicoleños durante ambas jornadas. Pero ya en la noche del jueves la rotación de los vientos provocó que el humo volviera a invadir la ciudad, tal como sucediera hace exactamente un año. Pareciera ya haberse transformado en una normalidad estacional: a fines de julio y principios de agosto se procede a la quema de pastizales en zona de islas entrerrianas, cuyo humo indefectiblemente llega a nuestra ciudad. Alergias, dolor en los ojos y de cabeza, algunos de los malestares que declaraban los afectados.
La bajante pronunciada del río Paraná genera un escenario ideal para que el fuego se extienda sin control. El dato que maneja el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario es que en lo que va del año ya se detectaron 7.252 focos, que arrasaron 50 mil hectáreas, un número muy menor al 2020, pero que ahora preocupa sobremanera por el panorama de la bajante histórica que perjudica al ecosistema.
Pareciera ya haberse transformado en una normalidad estacional: a fines de julio y principios de agosto se procede a la quema de pastizales en zona de islas entrerrianas, cuyo humo indefectiblemente llega a nuestra ciudad.
Los controles parecen no estar funcionando, y en época de quemas eso resulta más evidente. Hay muchos menos incendios que en 2020, es cierto, pero esto es porque se quemó muchísimo el año pasado. Los expertos aseguran que el plan de manejo del fuego con faros de conservación, coordinado con Nación y los gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos, se encuentra lejos de haber sido aplicado y de estar funcionando.
Explicaciones que no cierran
El Gobierno de Entre Ríos adjudica los incendios a la sequía, pero muchas veces han sido provocados por manos humanas con el objetivo de desmalezar. Lo único cierto es que el humo provocado por estos incendios suele provocar molestias a miles de miles de personas en amplia zona del litoral.
Autoridades entrerrianas también afirman haber detectado cazadores que usan el fuego para acorralar a los animales, fundamentalmente carpinchos.
En ese marco, el Servicio Meteorológico Nacional destacó que el humo que se está produciendo en el sudoeste entrerriano puede llegar a hacer sentir sus efectos en el AMBA en las próximas horas. Un rato antes de ese aviso se hacía desde el SMN, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a cargo de Juan Cabandié, anunciaba que ya “fueron desplegados más brigadistas, lanchas y hasta un helicóptero” para luchar contra esos los incendios en la zona de las islas del delta del Paraná, recordando que se dan “en el marco de una emergencia hídrica histórica”, por la bajante de ese curso de agua.
Informe ambiental
Un informe del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario expone: “La fuerte bajante conjugada con precipitaciones menores a las habituales se combinan para que se sequen lagunas, arroyos y riachos; espacios en los cuales pueden darse niveles de crecimiento de biomasa vegetal medio a altos. Esta situación, junto con lo propio de las áreas más altas, hace que si se llegara a producir la ignición de un incendio el frente de fuego tenga menores probabilidades de encontrar una barrera que detenga su avance”.
El reciente decreto nacional que estableció la emergencia hídrica por la bajante del río pasa por el costado. El Director del Observatorio, Matías De Bueno, señaló que “lo único que se encomienda al Ministerio de Ambiente es el control de quemas, que es lo que ya se le encomendaba con anterioridad”. La referencia alude a la iniciativa del año pasado que impulsaron Nación con Santa Fe y Entre Ríos, tendiente a crear “faros de conservación”, tal la denominación de media docena de áreas protegidas a lo largo del humedal. Una de ellas iba a estar en esta zona, frente a Rosario y hacia el Sur.
