Tras 50 allanamientos, los acusados de operar una secta que, bajo la fachada de un centro de yoga, captaba personas para someterlas a explotación sexual y laboral se negaron a prestar declaración indagatoria, por lo que fueron trasladados a la alcaidía de Madariaga.
Las 19 personas detenidas en la causa conocida como “Secta S.A.” se negaron este lunes a declarar en los tribunales federales de Comodoro Py, ante el juez Ariel Lijo, y se emitió un pedido de captura sobre otras cuatro personas que residen en Estados Unidos, según fuentes gubernamentales.
A las 9 de la mañana de este lunes fueron trasladados desde la Alcaidía de Madariaga a la sede del Juzgado Federal N°4 los detenidos Juan Percowicz -sindicado como el líder-, Mariano Krawickz, Gustavo Aníbal Rena, Mario Alberto Leonardo, Luis Mario Romero, Carlos Walter Barragán, Daniel Eloy Aguilar, Daniel Fryd Trepat, Federico David Sisrro y Horacio Vesce.
En todos los casos, sin excepción, se negaron a prestar declaración indagatoria, por lo que fueron devueltos a la alcaidía de Madariaga hacia las 14 de este lunes.
En tanto, las mujeres detenidas llegaron al juzgado hacia las 13 provenientes de la alcaidía Cavia, y adoptaron idéntica actitud.
Se trata de María del Carmen Giorgi, Georgina Hirschfelb, Susana Mendelievich, Alicia Arata, Silvia Herrero, Marcela Arguello, Ruth Viviana London, Susana Barneix y Marcela Alejandra Sorkin.
Voceros de la Justicia indicaron que, además de los actuales 19 detenidos, se solicitó que se ordene la captura internacional de Pablo Román Sinigaglia, María Beatriz Bugari, Verónica Angela Iaconno y Gabriel Sorkin, todos con residencia actual en los Estados Unidos.
Los delitos involucrados son trata de personas con fines de reducción a la servidumbre -agravado por coerción-, hurto agravado, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio Irregular de medicamentos y tráfico de influencias, indicaron las fuentes policiales.
Las 19 personas fueron detenidas el viernes último en el marco de 50 allanamientos realizados en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, en el marco de una causa que investiga a la organización a la que pertenecen -BA GRoup y sus subsidiarias Escuela de Yoga Buenos Ares (EYBA) y Clínica CMI Abasto- por trata de personas con fines de explotación sexual y laboral, según informaron fuentes policiales y judiciales.
Además, se investigan otros delitos como hurto agravado, lavado de activos y ejercicio ilegal de la medicina, junto a la extensión de las actividades de la secta en Estados Unidos, de acuerdo a las fuentes.
El operativo fue realizado por detectives del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina junto a personal de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
En los procedimientos, los efectivos incautaron cerca de 500.000 dólares, una camioneta Ford Bronco, 30 monedas de plata, juguetes sexuales, videos pornográficos, computadoras y ordenadores portátiles, celulares, historias clínicas, títulos de propiedad y documentación de interés para la causa.
Las fuentes indicaron que al parecer la firma BA Group es “la cara visible” utilizada por una organización criminal trasnacional que se mueve en el mundo de las empresas, la salud y la política.
También fueron entrevistadas unas 66 personas, en su mayoría mayores de edad, que serían víctimas y fueron encontradas en un inmueble en Estado de Israel 4.457, en el barrio porteño de Villa Crespo, donde funcionaba una de las sedes.
De acuerdo con la información que pudieron obtener los investigadores, la organización captaba a sus víctimas con la promesa terminar con enfermedades y adicciones, así como “buscar el desarrollo de la felicidad”.
La coordinadora del programa nacional de Rescate a Personas Damnificadas por el Delito de Trata (PNR) del Ministerio de Justicia, Zaida Gatti, relató que entre las personas halladas en los domicilios, algunas estaban desde “hace décadas rindiéndole culto al líder de la congregación, tiempo en que fue anulada su voluntad y autonomía” y explicó que a pesar de que las víctimas contaban con libertad ambulatoria, lo que se logra con este tipo de prácticas, es “obtener la dependencia absoluta”.
Con esta metodología, tras incorporarlos lograban reducirlos a una situación de servidumbre, y utilizaban a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”.
También se dedicarían a realizar “curas de sueño” consistentes en “empastillar” a los “fieles” de la organización para dormirlos durante días como forma de castigo, y a otras personas captadas en el extranjero a quienes daban un supuesto tratamiento contra las drogas, de acuerdo a la investigación.
El trabajo de la justicia sostuvo que el dinero obtenido de la explotación de las personas, ingresaría al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que posee la organización en Argentina, y a distintas fundaciones creadas en los Estados Unidos.
Ese movimiento generaría un flujo constante de divisas extranjeras para la organización, “siendo su cara pública y lega para dichas finalidades la empresa BA Group”, de acuerdo a la investigación.
También se informó que la organización captaba alumnos desde el 2004 y en la actualidad contaba con alrededor de 170 alumnos en sus distintas sedes, fundamentalmente en la Ciudad de Buenos Aires, aunque también contaba con ramificaciones en Las Vegas, Chicago y Nueva York.