Esta semana el campeón olímpico con la selección argentina de básquet en Atenas 2004 pasó con su Campus por el Club Sacachispas de Villa Constitución. Y recordó los años en los que le tocó visitar nuestra ciudad para enfrentar a Regatas o a Belgrano jugando para Olimpia de Venado Tuerto y Atenas de Córdoba.
FACUNDO MANCUSO
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El campeón olímpico con la selección argentina de básquet en Atenas 2004, Walter Herrmann pasó lunes y martes por el Club Sacachispas de Villa Constitución con su Campus para chicas y chicos mayores de 8 años; y con más de 50 participantes, de la ciudad y también de San Nicolás, Rosario y Ramallo.
En un alto de las actividades, antes de compartir una cena con dirigentes y socios de la institución villense, Herrmann de manera muy cordial y distendida dialogó con el programa La Deportiva de Radio U, brindando sus sensaciones por este nuevo emprendimiento personal y repasando momentos puntuales de su brillante carrera deportiva.
En primer lugar, el ex basquetbolista, comentó: “Es una linda iniciativa que surgió después de la pandemia en España, que es en donde vivo hace dos años y medio. Comenzó en Málaga, con Rubén Wolkowyski y Walter Guiñazú (NdeR: este último jugó la Liga Nacional 1996/97 con Regatas), con la idea depoder llevarlo a lugares pequeños a donde el básquet de primer nivel difícilmente llegue”. “Nos gusta mucho hacerlo, y yo en lo personal recuperé cierta adrenalina que había perdido después de haber dejado de jugar. No lo tenía en mis planes para nada, pero me encanta y lo disfruto”, agregó.
Herrmann trabaja en el Campus junto a un grupo de colaboradores, entre los que se encuentra Julián Pagura, entrenador de Pergamino Basket en la Liga Argentina y oriundo de Venado Tuerto como el ex alero, multicampeón en nuestro país con Atenas de Córdoba, San Lorenzo de Almagro, con pasado en la NBA, en España y en Brasil.
Estas clínicas se iniciaron la semana pasada, recorriendo Sierras Bayas, Partido de Olavarría, Venado Tuerto y San Genero. Luego del paso por Villa Constitución, seguirá en General Roca (Río Negro) hoy, mañana y el domingo. Por último, miércoles, jueves y viernes de este mes visitará Pergamino.
Consultado acerca del trato que recibió en Sacachispas por parte de la gente del club y de los participantes, el ex alero de Detroit Pistos y Charlotte Bobcats destacó: “Me encontré con una atención espectacular y con mucha ilusión de los chicos, que nunca me vieron jugar si quiera. Les tengo que decir que me busquen en You Tube y cuando lo hacen después no pueden creerlo”.
Más tarde, Herrmann, jugador de carácter y personalidad, manifestó que “los años van pasando y uno se serena en muchas cosas”. “Yo soy muy pasional en lo que hago, ahora en los Campus, como cuando jugaba”. Y reconoció que para llegar a dónde llegó tuvo que “hacer muchos esfuerzos, dejar muchas cosas de lado”. Aun así sostuvo que “todo el esfuerzo vale la pena cuando ves la carrera que hacés”. “Yo disfrutaba de entrenar y del básquet, pero sufría los partidos –confesó-, no la pasaba nada bien”. “Más que yo soy ambicioso y siempre quería superarme y que el equipo se supere. Creo que por cómo me fue, fue bueno tomarme todo de manera tan seria”, resaltó.
Antes de pasar a ser una figura en España, de colgarse la medalla olímpica de oro con Argentina y de su arribo a la NBA, en sus primeros años en el profesionalismo Herrmann visitó San Nicolás (y Villa Ramallo) para jugar ante Regatas y Belgrano, ya sea actuando para Olimpia de Venado Tuerto o para Atenas. De esos viajes, recordó: “Eran épocas difíciles esas de cuando jugábamos en San Nicolás”. “Me acuerdo especialmente de cuando veníamos a Regatas, en donde nos hacían notar la localía. Teníamos que poner colchones en las ventanas porque nos tiraban piedras, de todo. Era una locura, no la pasábamos bien, además con una hinchada terrible que se hacía sentir. Era complicadísimo ganar ahí”. “Un partido perdíamos con Olimpia por dos puntos, (Alejandro) Montecchia tiró de la mitad de la cancha en la última bola, (Nelson) Ladó cobró falta y con los tres simples que él anotó terminamos ganando y después quedó instalado un cántico de la gente de Regatas con ese árbitro”, relató. “Y otra vez, un partido estaba por terminar cortaron la luz y tuvimos que salir a oscuras”, agregó Herrmann, quien al mismo tiempo indicó: “También con Belgrano cuando íbamos a Villa Ramallo era duro. No tanto después cuando vino a jugar a San Nicolás”. “Yo era muy chico y cuando cuento esas cosas que pasaba a veces no me creen. Son lindas anécdotas ahora”, expresó, entre risas.
La última aparición oficial de Herrmann dentro de una cancha fue en 2017, jugando para Atenas de Córdoba, cuando un problema de saludo lo obligó a dejar de jugar. Al respecto, contó: “Tuve una arritmia en 2017 y ahí decidí dejar, porque era lo mejor y lo que me recomendaron los médicos”. “Igualmente yo me sigo considerando jugador –afirmó-, por eso no pensé nunca ni pienso en hacer partido despedida”. En relación a esta dificultad, Herrmann –de 43 años- manifestó que “después de muchas idas y vueltas”, en mayo pasado fue operado. “Y ahora estoy pensando si vuelvo a jugar o no. Ya me invitaron del equipo de Unicaja de mayores de 40 años para el Mundial del año que viene que se jugaría en Brasil y ya les dije que iba a ir”. “Los cortos me los pongo de vuelta seguro”, anticipó.
Cuando eso suceda, la anaranjada estará feliz con que esas manos gigantes de Herrmann vuelvan a acariciarla.