El nicoleño, que firmó con “la T” el jueves pasado, dos días después debutó la Primera División del fútbol argentino en la derrota ante Central Córdoba. Ortegoza jugó todo el segundo tiempo y fue lo más destacado del equipo de Caixinha, que mañana jugará la ida de octavos de la Libertadores ante Colón. “Fue como estar soñando despierto”, definió.
EZEQUIEL GUISONE
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Cinco meses en la Primera Nacional le bastaron a Ulises Ortegoza para dar el soñado salto a la Liga Profesional. El gran nivel que mostró en Gimnasia de Mendoza no fue casualidad: el nicoleño se preparó en todos los sentidos para seguir creciendo en su carrera profesional y afrontar cualquier desafío que se le presente. Y lo dejó en claro en sus primeros días en Córdoba, porque con apenas ¡un entrenamiento! con sus nuevos compañeros, Pedro Caixinha lo llevó al banco contra Central Córdoba y lo mandó a la cancha en el entretiempo, con Talleres ya con diez por la expulsión de Oliva. Pese a la derrota final (0-2), el nicoleño recogió elogios de los hinchas y la prensa local, que no es poco.
“Es muy difícil describir lo que sentí, fue un sueño. Entré y parecía que estaba soñando despierto, fue una sensación muy linda”, expresó Ulises en diálogo con el programa El Show del Gol, que se emite los domingos en Radio U 89.9. “Fue importante también sacarme de encima el debut y tener algunos minutos, porque el club tiene muchas competencias”, agregó.
Hoy recién se cumple una semana de su llegada a Córdoba. Entrenó solo con un profe mientras el equipo viajó a Salta para jugar Copa Argentina, firmó contrato el jueves pasado y apenas hizo un entrenamiento liviano con el plantel completo antes de pisar el Mario Kempes por primera vez en un partido oficial. “Me había dicho el técnico que me iba a tener en cuenta para ese partido si me veía bien, y cuando vi la citación no lo podía creer… una cosa de locos”, describió.
“La gente acá es muy pasional. Desde que se rumoreaba el interés de Talleres, se veían publicaciones, comentarios, todo el tema de redes sociales te alentaban a venir. Hay que pisar fuerte de entrada porque es un grande de verdad y hay que estar a la altura”, definió, y valoró el recibimiento que tuvo de parte del plantel. “Los más grandes como Guido Herrera y Julio Buffarini fueron los primeros que se acercaron a hablarme un poco, a darme tranquilidad, y eso ayuda un montón para adaptarse rápido. Tenía un temor por entrar en un plantel con mucha jerarquía, pero son muy buenas personas, muy humildes, y eso hace las cosas más fáciles”. La primera concentración fue con Buffarini, nada menos. “Charlamos mucho; hay bastante tiempo libre para descansar, tomamos unos mates, le pregunté muchas cosas, pero no quería ser tan molesto”, tiró entre risas. “Uno va aprovechando esos momentos para seguir aprendiendo y tratar de mejorar todos los días”, agregó.
A la cancha
“Caixinha me dijo que iba a entrar en el arranque del segundo tiempo. Fue una entrada en calor rápida y entramos al vestuario. Los chicos me dijeron que jugara tranquilo, que haga lo que venía haciendo en Mendoza. Yo estaba tranquilo, sabía que se podía dar la oportunidad. Me sentí muy bien, teníamos un hombre menos y no paramos de correr, la cancha es gigante, pero tuvimos una situación muy clara que no pudimos concretar y en la siguiente nos meten el gol, y eso te da un poco de fastidio. En términos generales creo que jugamos bien con uno menos, tuvimos mucho la pelota y me sentí muy cómodo”, analizó el mediocampista, y continuó: “Tenemos un cinco más de marca que es Villagra, al que tenía que ayudar cuando ellos tenían la pelota, pero el DT me dijo que con pelota me suelte, que sea siempre opción de pase y que juegue siempre para adelante, como lo venía haciendo hasta ahora”. “Fue un sabor agridulce: el tema del debut fue hermoso, pero la derrota es algo que duele; ya rápido hay que cambiar el chip porque se viene uno de los partidos más importantes de la historia del club, así que trabajando para estar a disposición del cuerpo técnico para ver si podemos estar”.
El mediocampista nicoleño no hizo Inferiores y recién inició su carrera a los 17 años en Porvenir Talleres de Villa Constitución. Luego llegó a Argentino Oeste, donde fue figura, y tuvo un fugaz paso por General Rojo antes de desembarcar en Los Andes de Lomas de Zamora, en la B Metropolitana. “La gente que me está manejando ahora me llevó a probar a Los Andes. Yo a todo esto lo veía muy lejos y no lo tenía mucho en cuenta. Cuando quedé en Los Andes se cruzaron piedras en el camino muy difíciles, el tema de dejar la familia, estar solo, levantarte temprano para tomar tren, colectivo, lo que es Buenos Aires, que te queda todo muy lejos… al principio tenía ganas de volverme”, reconoció Ortegoza. “Pero por otro lado algo me decía que tenía que confiar en mí más que nadie, y de a poco fuimos construyendo esto. Me tocó dar el salto a la Primera de Los Andes en un momento medio crítico, que habían descendido, y me tocó empezar a jugar. Ya jugando B Metro como que veía más cerca la posibilidad de pegar un salto. Vino un técnico el año pasado (Salomone) que me quería mucho, me dio la continuidad que tanto busqué durante dos años”, agregó.
“Creo que la cabeza es lo más importante en esto. Hay que estar fuerte, porque de verdad se puede. Yo lo veía muy lejos, incluso ya estando en Gimnasia, no creía que iba a ser tan rápido el salto a Primera, pero uno estaba tranquilo porque estaba haciendo las cosas bien, no solo en la cancha sino afuera también, que es lo más importante, porque el entrenamiento dura tres o cuatro horas, y después tenés tras 20 estando en tu casa, lo que se dice el ‘entrenamiento invisible’, que tenés que pensar todo el día, las 24 horas como jugador de fútbol. La constancia, la disciplina y más que nada la conducta te llevan a explotar todas tus condiciones; por ahí tenés guardadas cosas que no sabías que las tenías, y estando bien descansado, bien alimentado, lo podes afrontar con más confianza”.
Mañana miércoles, Talleres recibirá a Colón por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. Un partido histórico para el club. “Ya que estamos, vamos a tratar de entrar el miércoles en la Copa”, se animó Ulises “Me pasaron cosas muy rápido, y no es casualidad que todas las oportunidades que se me han dado las supe aprovechar. Venimos trabajando hace varios años todo el tema físico, mental, y estamos preparados para lo que sea”, cerró.
LA “30”: “Me gusta mucho la NBA”
En su debut, Ulises lució la camiseta número 30, a modo de homenaje. “Me gusta mucho el básquet, la NBA, y soy fanático de Stephen Curry, así que agarré la 30”, contó. “La tengo escondida, esa queda para mí”, tiró entre risas, reconociendo que ya le llueven los pedidos de amigos y familiares. “Es muy linda camiseta, pero la del debut me la quedo yo”. El nicoleño ya está instalado en Córdoba con su mujer y su pequeña hija de dos años. “El club me dio un departamento temporal; fue todo muy rápido, así que estoy tratando de conseguirme algo más cómodo para lo que viene”, contó. El nicoleño firmó contrato con “la T” por 3 años y medio.