Tenía una orden de captura internacional con alerta roja de Interpol y el Gobierno de Santa Fe había ofrecido una recompensa de un millón de pesos.
Claudio “Morocho” Mansilla presunto cabecilla de la masiva fuga de la cárcel de Piñero en 2021 en la provincia de Santa Fe, fue recapturado en las últimas horas tras un allanamiento en una casa de la denominada Zona Cero, en el norte de Rosario, donde la policía secuestró armas y medio kilo de cocaína.
Mansilla junto a siete presos fueron rescatados a los tiros de ametralladora por una banda que los auxilió desde el exterior del penal enfrentándose al personal del servicio penitenciario.
Al momento de la fuga, en junio del 2021, el “Morocho”, estaba siendo juzgado como instigador del doble asesinato de los jóvenes Kevin Nieri (16) y Leonel Bubacar (18), baleados en septiembre de 2018.
La principal hipótesis de los investigadores es que Mansilla, quien es líder de una banda narco y múltiple homicida, planeó la fuga días antes de conocer la sentencia de un juicio por el doble homicidio, ya que sabia que iba a ser condenado.
De hecho, el tribunal a cargo de ese debate lo condenó en ausencia a la pena de prisión perpetua por esos homicidios días después de la fuga.
“Morocho” Mansilla fue recapturado el jueves por la noche cuando se hallaba junto a familiares sentado frente a una mesa en el departamento “B” del primer piso del edificio ubicado en la calle Héctor Palacios 4113, de la denominada Zona Cero.
Fuentes policiales y judiciales aseguraron que el prófugo tenía una orden de captura internacional con alerta roja de Interpol, y hasta el Gobierno de Santa Fe había ofrecido una recompensa de un millón de pesos para quien pudiera aportar datos sobre su paradero.
La detención fue realizada por la Unidad Especial de Investigación de Crimen Organizado a pedido de las fiscales Marisol Fabbro y Georgina Pairola, quienes también demoraron a otras tres personas que se hallaban en la vivienda, llamadas Javier Maximiliano Giordano, Ezequiel Arriola y Macarena Arriola, dijeron las fuentes.
En el lugar, la policía secuestró seis teléfonos celulares, más de 300 mil pesos en efectivo, 50 municiones calibre 9 milímetros, dos pistolas del mismo calibre y más de medio kilo de cocaína.
Mansilla, quien había sido condenado por dos hechos de homicidio, por la tenencia y comercialización de drogas y tenía antecedentes por abuso de armas, portación de arma de guerra y evasión agravada por el uso de armas de fuego, era el último de los ocho presos que se fugaron del penal que continuaba prófugo.
En aquel momento, el fiscal que investigaba la fuga, Franco Carbone, expresó su sospecha de que luego de evadirse, “Morocho” había cruzado a Paraguay, aprovechando sus vínculos con personas de ese país a raíz de la venta de estupefacientes.
Para el fiscal, Mansilla tendría la capacidad de mantenerse prófugo gracias a su alto poder económico derivado de la actividad ilegal.
Los atacantes que ayudaron a los reclusos en la fuga, estaban a bordo de un vehículo y contaban con subfusiles automáticos FMK3 y pistolas calibre 9 milímetros y 11.25 milímetros, con las que se enfrentaron a tiros con el personal penitenciario mientras cortaban los dos alambrados perimetrales que separaban los pabellones de la cárcel con el exterior.
A raíz del tiroteo, murió uno de los tres atacantes que llegaron desde el exterior, mientras que un interno resultó herido.
Los reclusos Sergio Cañete (35), Joel Rojas (25) y Alejandro Schmittlein (40) fueron recapturados horas después de la fuga, mientras que tras pocos días fueron detenidos Ezequiel Romero (20) y Alejando Candia (35).
Alejandro Martín Cartelli (48), en tanto, fue atrapado el 20 de agosto del año pasado en la ciudad bonaerense de Ramallo en donde se ocultaba, mientras que Daniel David Piscione (31) fue hallado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA) al cual había ingresado herido a balazos con una identidad falsa.