Antonio Pronsato, ex titular de la unidad ejecutora del proyecto, dio detalles sobre su salida de la obra. “Jamás recibí presiones”, aclaró.
A fines de mayo, Antonio Pronsato, ingeniero civil, decidió dar un paso al costado de la obra del gasoducto Néstor Kircher, proyecto que días más tarde desató una polémica que concluyó con la salida de Matias Kulfas del ministerio de Desarrollo Productivo. Por primera vez desde su partida, el ex titular de la unidad ejecutora del plan, brindo justificativos de su renuncia.
“Cuando mi equipo y yo entramos en febrero aceleramos todas las cuestiones increíblemente. Conseguimos la ingeniería básica necesaria para avanzar cualquier licitación, la conseguimos en una semana. Después la mejoramos. Salimos a licitar los estudios de impacto ambiental. Salimos a licitar esta cañería. Salimos a licitar las válvulas, electrodos y puentes de medición”, comenzó a relatar el ingeniero durante una entrevista en Radio Con Vos.
Luego de este proceso detallado por Pronsato, y según explicó el mismo, el tiempo de los trabajos comenzaron a retrasarse: “Después de eso, aproximadamente para Semana Santa, las cosas inexplicablemente para mi se empezaron a ralentizar. A ponerse muy lentas. Todas las decisiones, una detrás de la otra, no se tomaban”.
“Siempre se me decía que si pero las cosas no sucedían. Llegó un momento en que dije a mi me trajeron para ayudar en esto (…), yo no podía tomar las decisiones porque no era mi lugar, ¿qué sentido tenía que estuviera?”, manifestó dando cuentas de la decisión posterior.
En otra línea, se refirió a las supuestas presiones -denunciadas por Kulfas “off the record”- para favorecer a la firma Techint en las licitaciones de la obra. “Jamás recibí presiones. Jamás a mi se me dio la indicación de sacar o poner un contratista o de forzar una definición técnica. Muy por el contrario, se me decía andá y hacelo”, declaró.
Y respecto de Techint, dijo que “no es el único que lo hace en el mundo. No, hay millones, por eso a las licitaciones las hacemos internacionales. Ahora, cuando me piden atrasar un año les digo que no”.