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NORO, SOBRE EL LENGUAJE INCLUSIVO: “ESTÁN MAL LA IMPOSICIÓN Y LA PROHIBICIÓN”

PROHIBICIÓN EN CABA

La decisión del Gobierno porteño en “prohibir” el lenguaje inclusivo en la educación de CABA generó una fuerte polémica. Al respecto, el Prof. Dr. Jorge Noro reflexionó: “En ninguno de los casos hay que condenar a unos y privilegiar a otros”.

El profesor Noro ostenta un inigualable recorrido académico. ARCHIVO

Carolina Mitriani
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Un nuevo clima de grieta se reivindicó el pasado viernes, cuando el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires determinó la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en el ámbito de la educación.

“Mediante una nueva resolución del Ministerio de Educación, la Ciudad regula la utilización de la e, x, @, etc., por parte de los docentes en las escuelas”, expresan desde el comunicado oficial, agregando que “el objetivo es ordenar el uso del lenguaje para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, que se vio significativamente afectado como consecuencia de la pandemia por COVID-19.”

Lectura nicoleña

El profesor Dr. Jorge Eduardo Noro, docente e investigador en Educación y Filosofía, reflexionó sobre esta decisión en el aire de «Pila y Media» (Radio U). “El tema venía haciendo ruido antes, sabiendo que es un fenómeno que no abarca a los 47 millones de argentinos. Pero puede ser relevante en determinados niveles de uso juvenil”, contempló.

En los términos de limitación que otorgó el Gobierno porteño, Noro consideró: “A mí no me gusta la frase prohibieron, porque prohibir tiene cara de que salimos a combatir, a eliminar. Tal vez tuvieron que haber cuidado las formas y no tener esa agresividad con que salieron. Aunque puntualizaron en cosas que me parecen valiosas”.

El docente nicoleño –palabra autorizada en la educación internacional– coincide con lo que dice el Ministerio de Educación de CABA, que interpreta a la escuela como un espacio de transmisión sistemática de la cultura, “y en la cultura el lenguaje que es influyente y vigente, que es el que por ahora está consagrado. Por lo cual, lo que hay que transmitir en términos de enseñanza y aprendizaje es la forma de hablar y escribir que tenemos los argentinos”.

Jorge Noro observa que “entre los sectores de la niñez –en la educación básica– es probable que haya imposibilidad de distinguir entre un formato (el coloquial) y un formato (el que hay que utilizar cuando hay que hablar y escribir formalmente). Pero en el secundario uno puede escribir como quiere, salvo cuando se elabora, por ejemplo, un informe”. En esos casos, en los que la prioridad es la formulación educativa en términos concretos, el profesor remarca que “hay que privilegiar lo básico”.

Progresión

La regulación es presentada por el Gobierno porteño basada en el informe de la Real Academia Española que sostiene sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas: “El uso de la @ o de las letras «e» y «x» como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español (…)”.

Con relación a esta argumentación de la decisión, Jorge Noro resalta que “no es la Real Academia la que tiene que decir ‘esto no se usa’. La RAE consagra los usos ya establecidos. Pero tampoco lo tiene que hacer el que lo usa, diciendo ‘lo que yo estoy usando ahora es lo que va a quedar para siempre’ porque le falta tiempo e historia para saber si va a ser así”.

Esa variabilidad, fluidez y mutación tan propia del lenguaje es lo que con el paso del tiempo le va forjando el sentido en cada comunidad y momento. Algo que el doctor no ve en tiempo presente con el lenguaje inclusivo, en términos de consolidación absoluta, sino en lo próximo si sostiene su camino y suma adeptos.

“El idioma seguramente va a mutar en algunas cosas en ese lugar, hacia algunos de esos lugares. No sabemos cuánto ni cuándo. Pero lo va a hacer cuando la población entera empiece a verlo como algo que hay que practicar. Eso tarda mucho. El ritmo de transformación de la lengua es muy lento y se da naturalmente, con el uso. Si a los que no les gusta y a los que les gusta se los repito hasta el hartazgo, no van a hacer la transformación porque no hay contexto para poderlo hacer”, destacó Jorge Noro.

Educación en falta

Una de las principales motivaciones que planteó el Gobierno porteño en su determinación es el mal rendimiento expresado en las últimas evaluaciones lecto-comprensivas de su área de competencia. Sin embargo, el lenguaje inclusivo como barrera para la comprensión o fluidez de determinado universo de alumnos resulta solo una de las aristas en ese sentido.

Al respecto, Noro considera que prohibir el uso de expresiones no binarias “no es una solución ni creo que sea el único factor problemático. Sí creo que es un factor que pudo haber incidido en determinada edad. En básica, probablemente se les confunda la cabeza y no sepan qué escribir ni cómo. Pero los adolescentes saben cómo escribir y en qué lugar; hace falta un profesor que diga ‘acá podemos hablar como queramos, pero cuando pido un trabajo que sea como corresponde’”.

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