Prácticamente zapatillas de tenis no hay, botines con tapones poco y nada o de marcas limitadas y lo que tiene que ver con calzado para básquet o algún deporte especifico, se consiguen escasos números a precios elevados. Este panorama desolador es el que vienen padeciendo los locales de indumentaria deportiva de nuestra ciudad desde hace un tiempo, generando mucha incertidumbre respecto al futuro.
Germán Rodríguez
[email protected]
La limitación para las importaciones golpea a varios sectores y especialmente al que tiene que ver con la venta de calzado deportivo. Las grandes marcas internacionales casi no ingresan a nuestro país y lo poco que llega se distribuye en las casas específicas, siendo escaso lo que arriba a los locales de nuestra ciudad. Desde hace ya un tiempo conseguir botines de futbol es una quimera y se termina realizando la compra por las páginas web, con las dificultades que esto conlleva tales como si la medida que el cliente compra es la adecuada, sumado al golpe que esto significa para los comercios nicoleños que van viendo como siguen perdiendo ventas respecto a internet. “No está entrando nada y lo que menos lo hacen son zapatillas de tenis y básquet. Además botines con tapones no hay nada. El gobierno está cortando el ingreso a todo lo importado. Lo único que entran son partes de zapatillas que se las ensamblan en Argentina y ahí en esos casos las dejan pasar, pero lo que es importado no ingresa nada, directamente están cortando la mercadería”, contaron desde una casa deportiva de nuestra ciudad preocupados por la baja de ventas. “Ya limitan la venta al interior porque no tienen para proveer a las grandes marcas en Buenos Aires. Nike hace dos años que se fue de la Argentina y no se consigue. ADIDAS está, pero los depósitos, por lo que nos contaron los distribuidores están vacíos porque no entra mercadería. Lo que llega va directamente a las casas grandes, pero también llega poco. Si antes les mandaban mil pares por número, ahora les envían 200. Lo que obliga esto es a comprar mercadería nacional si o sí. Lo único que están entrando y se consigue más o menos son algunas marcas muy específicas, peor de botines cero en importados”, aclararon desde otro local preocupados por cómo viene afectando la venta y el incumplimiento con los clientes. En las tiendas deportivas reconocen que los principales temas de abastecimiento se dan en los talles “estándar” (entre 39 y 42), y que por eso es habitual encontrar más remanentes entre los talles chicos o los modelos más grandes.
El problema viene porque faltan dólares y los mostradores de las casas deportivas lucen faltantes o muestran una variedad acotada de botines de fútbol y otros artículos deportivos. Hay dificultades para conseguir talles de algunos modelos o una oferta más acotada, especialmente de productos de gama media y alta. El cupo de importación de modelos condiciona el abastecimiento y afecta a las ventas.
El problema principal es que el calzado que vende es en su mayoría importado, y los problemas de abastecimiento combinan las dificultades en el acceso a divisas en el país con las demoras y las limitaciones en la producción globales derivadas de la pandemia que encarecieron la logística y restringieron los volúmenes de producción.
Recorte de importaciones
Ocurre que, en el contexto de escasez de reservas en el Banco Central, el negocio del sector también tiene cupos mensuales para el ingreso de productos importados, tanto en bienes finales como en insumos para la producción local. Elementos como las suelas o los plásticos requeridos para los calzados de mayor tecnología se ubican entre los más afectados.
Como ocurre en otros sectores, como la electrónica, estas plantas productivas ensamblan las zapatillas y utilizan en el proceso insumos importados. En ese escenario, las marcas deportivas ajustaron sus esquemas de negocio y, ante las restricciones para la importación, se enfocaron en segmentos de mayor demanda en el mercado local, como los botines de fútbol o las zapatillas de entrenamiento. Segmentos como el calzado de vóley, básquet o tenis, además de las pelotas y otros accesorios, ya mostraban una oferta limitada. Pero en el último tiempo, las demoras o las dificultades en el acceso a los insumos también afectaron al abastecimiento de los rubros de mayor volumen.
Las empresas confirman la existencia de cupos para la importación y algunos segmentos de productos de menor volumen, como los botines de alta gama con precios más altos, son mayormente importados, por cuestiones de escala y costos. Pero con cupos acotados, la oferta se reduce y la demanda arrasa.
Aún con precios altos, existe un segmento de consumidores que busca comprar estos productos importados.