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sábado, octubre 19, 2024
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CUANDO LA VELOCIDAD Y EL PELIGRO LO SON TODO

TRABAJADORES DE DELIVERY

Al límite con los horarios, dependiendo de su cuerpo para que el trabajo se realice, la velocidad es primordial en un tráfico agresivo y llegar a tiempo significa mejores puntajes. Los trabajadores de apps de delivery dependen de la rapidez y la predisposición para poder sumar dinero, sin importar las condiciones ni el clima.

Germán Rodríguez
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Es común verlos a toda velocidad, metiéndose con la moto entre los autos, aparecer de sorpresa por todos lados, llevar al límite el tráfico casi sin frenar en las esquinas, con la condena del tiempo siguiéndolos, sabedores de que la velocidad es todo, es dinero, es más trabajo y son exigencias, que las horas son esenciales y que todo depende de ser el más rápido, el más atento, el más arriesgado, entendiendo que puede pasar cualquier cosa, que el peor enemigo son los semáforos, los autos lentos… y la inseguridad, porque también saben que esa mochila grande es tentadora y que los pedidos en los barrios complicados son una moneda tirada al azar. No importa si llueve, al contrario, esos días se trabaja más y las exigencias son mayores porque la aplicación se satura de pedidos y se los presiona. Un piso mojado es una trampa que los repartidores ignoran para continuar y cumplir, con la espada de Damocles pendiendo siempre.

Las aplicaciones de delivery desde la pandemia tomaron un rol fundamental en nuestra ciudad, siendo “Pedidos Ya” la dominante, que tiene participación en la mayoría de los negocios y con su eslogan como bandera de batalla “velocidad”.

Se trata de una de las compañías más esenciales de Latinoamérica con fuerte presencia en la Argentina dedicada a repartir comida. La ventaja que tiene Pedidos Ya sobre Glovo, o bien, Rappi y que hizo que tenga una mayor preponderancia en San Nicolás es que los tiempos de entrega son rapidísimos, puesto que los repartidores acostumbran a trabajar con motocicletas.



Trabajo

El desempleo y la falta de trabajos estables hizo que mucha gente quiera trabajar en Pedidos Ya, lo que no es fácil porque al estar el cupo de la ciudad lleno hay que entrar en un banco de espera hasta que alguien se dé de baja y empezar de a poco, con horarios de escaso movimiento y zonas complicadas.

Para poder trabajar como repartidor se debe cumplir con una serie de requisitos:

Tiempo de entrega: los trabajos en “Pedidos Ya” se determinan de forma proporcional, esto es cuanto más veloz se haga la entrega más dinero se gana. Las horas de más demanda son desde las veinte en adelante, especialmente los fines de semana. Pero la aplicación marcha realmente bien a lo largo de todo el día.

La forma para poder trabajar es contar con un medio de transporte, así sea un auto, motocicleta, o bien, bicicleta. Muchos usan motocicletas o bicicletas para hacer la entregas más rápido.



Una vez que se empieza a trabajar como repartidor de Pedidos Ya se debe tener un compromiso con la tarjeta, admitir el pedido es esencial para conseguir más ganancias y tener una mayor responsabilidad. Los trabajadores empiezan con una puntuación y a medida que se cumplan más pedidos en menos tiempos el puntaje sube y se van asignando días y franjas horarias más productivas. Por eso se destaca la velocidad sobre todo, más aún los fines de semana donde la demanda es mayor y los repartidores están al límite.

Esa presión hace que sea común ver a repartidores a toda velocidad, cruzar sin mirar y en algunos casos sin seguir las normas de tránsito. Ya que una mala entrega o una demora que marque una mala puntuación del cliente significa baja de puntaje, menos trabajo y peores horarios. Asimismo, el repartidor debe llevar dinero propio encima porque muchos de los pedidos son en efectivo y a la hora de buscar la comida en el restaurante le debe dar de su dinero por el costo de la mercadería, para que luego sea restituida por el cliente. Además, en diálogo con nuestro medio, jóvenes que trabajan con Pedidos Ya contaron que la mochila y el uniforme se los van descontando del sueldo en varias cuotas y que los arreglos y el mantenimiento de los vehículos corren por su cuenta. Cuentan con un seguro ante accidentes, pero en caso de enfermedad esos días son días perdidos sin ingresos. Aunque reconocen que si trabajan bien y rápido, se puede hacer una interesante diferencia.

El repartidor no cuenta con un lugar fijo, por lo que deben estar en la calle esperando a ser llamados. Según el puntaje que van teniendo es la zona que les toca y esperan estacionados, generalmente en algún negocio “amigo” hasta que son convocados por la aplicación en el celular.



Controles

Atento al crecimiento de esta forma de trabajo, días pasados el subsecretario de Inspección del Trabajo en Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Emiliano Re, informó que se realizó un megaoperativo a fin de controlar la registración, condiciones laborales y de seguridad de trabajadores de plataformas digitales de delivery y que el objetivo es “proteger” al trabajador, y que puedan contar con un marco de regulación.

El operativo fue inédito por su alcance territorial, y es definido por el Ministerio de Trabajo como “una acción de la cartera laboral provincial que busca avanzar en el reconocimiento de los derechos laborales de miles de bonaerenses que trabajan con estas aplicaciones de reparto en toda la Provincia”. El mismo no llegó a nuestra ciudad, pero se espera que pronto lo haga.

“Son premiados si trabajan en tiempo y forma, son sancionados si no cumplen con los envíos asignados, fijan el precio con la app, así que hay elementos característicos del empleo de dependencia, si después tienen otro estatuto será bienvenido, pero todavía no tiene una regulación. Queremos que las y los trabajadores tengan una ART, una obra social y aportes como todos los trabajadores”, aseveró.



Debate

El año pasado la Justicia bonaerense ratificó que Rappi debía pagar una millonaria multa impuesta por el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. Más tarde, PedidosYa recibió sanción por similares características.

El Tribunal del Trabajo N° 1 bonaerense falló a favor de la cartera laboral y ratificó la multa de casi $18 millones contra REPARTOS YA S.A., propietaria de Pedidos Ya, por la situación laboral de 71 repartidores. El veredicto seguía los pasos de otras sanciones aplicadas por el mismo motivo contra Kadabra SAS (Glovo) y Rappi Argentina SAS:

Glovo (absorbida por PedidosYa tras su salida del país) fue obligada a abonar una multa de $6.318.000

A Rappi se le aplicó una penalización de $16.426.800



Según los magistrados bonaerenses, las tres  empresas violaron la Ley de Contrato Laboral (LCT) y, por ende, deberán resarcir a los mensajeros.

La complejidad del caso es que las empresas que están en Argentina son virtuales y no tienen registrados a su plantel de ‘trabajadores’, que con la pandemia se ha duplicado”.

Existe un vacío legal y sindical, además de que no hay forma de implementar las multas como corresponde a pesar de los fallos de la Justicia.

Desde la empresa argumentan que la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 data de 1974 y no contempla las particularidades de las nuevas actividades económicas, que en la gran mayoría de los países hoy son posibles y funcionan gracias a la tecnología.

Todos los repartidores que utilizan la app realizan su actividad de forma independiente. Eligen con total libertad en qué momento conectarse, dónde hacerlo y la cantidad de pedidos que desean entregar, remarcan en su defensa. Afirman que “el 86% cuenta con una fuente de ingresos adicional y/o utiliza Pedidos Ya como una actividad temporaria. En promedio, cada uno se conecta 20 horas o menos por semana”.



Los laboralistas debaten si las apps son trabajo autónomo o relación de dependencia encubierta

Para la Justicia la actividad cumple con los requisitos de relación de dependencia: dependencia técnica, económica y jurídica. Los repartidores reciben directivas y ropa, por ejemplo. Eso da la pauta de la relación contractual.

Mientras que desde la empresa argumentan que los delivery no son empleados en relación de dependencia ya que no son exclusivos. Es decir, pueden trabajar con otras aplicaciones; son autónomos que emiten factura por los servicios prestados tanto para PedidosYa, Rappi o en su momento para Glovo.

En definitiva, el debate sobre la legalidad o no de las apps de delivery sigue sin resolverse, aun en el contexto pospandemia en el que se volvieron parte fundamental de la vida cotidiana de los argentinos.

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