Un nuevo estudio publicado por investigadores de la Universidad de Edimburgo sugiere que las obras de arte rupestre prehistóricas en Europa no son simplemente representaciones de animales salvajes. Por el contrario, estos símbolos de animales significarían constelaciones de estrellas en el cielo nocturno, y habrían sido utilizadas para encarnar fechas y marcar eventos tales como el impacto de cometas.
De la redacción de El Norte
El estudio indica que quizá hace unos 40.000 años los seres humanos registraban el paso del tiempo usando el conocimiento de cómo la posición de las estrellas va cambiando lentamente a lo largo de miles de años.
Esto implicaría que los hombres prehistóricos entendían el efecto causado por el cambio gradual del eje de rotación de la Tierra. Hasta ahora, el descubrimiento de este fenómeno se atribuye a los antiguos griegos.
Alrededor de la época en que los neandertales se extinguieron, y tal vez antes de que los homo sapiens se establecieran en Europa Occidental, ya podían definir fechas en un ámbito de unos 250 años, según afirma el estudio. También, que los conocimientos astronómicos de los pueblos antiguos eran mucho mayores de lo que se creía hasta ahora, y que este conocimiento pudo haber ayudado en la navegación en mar abierto, lo que puede cambiar nuestra comprensión de las migraciones prehistóricas.
Estudios
Para llegar a estas conclusiones, investigadores de las Universidades de Edimburgo y Kent estudiaron detalles del arte paleolítico y neolítico en Turquía, España, Francia y Alemania. Encontraron que en todos los sitios se utiliza el mismo método de registro del tiempo basado en la astronomía, a pesar de que los ejemplos estudiados están separados en el tiempo por decenas de miles de años. Indican además que algunas tallas en piedra encontradas en Gobekli Tepe (Turquía) pueden interpretarse como un memorial del impacto de un cometa hacia el año 11.000 a. C. Este impacto habría dado comienzo a una pequeña edad del hielo, conocida como Dryas Reciente (existen indicios del impacto del cometa Clovis hace unos 12.900 años en America del Norte) a finales del Pleistoceno.
Así, la que está considerada como la obra de arte prehistórica más conocida, la Escena del Pozo de Lascaux en Francia, que representa a un hombre moribundo y varios animales, podría conmemorar otro impacto de un cometa alrededor del año 15.200 a. C.