El entrenador se despidió del plantel este miércoles a la mañana en la Villa Olímpica y luego presentó su dimisión como DT de Fortín, tras una campaña que dejó a su equipo en el último lugar de la Zona B con 6 puntos.
Era cantado, estaba al caer. Lo que anticipó Olé el día martes, se confirmó finalmente este miércoles: Mauricio Pellegrino dejó de ser el entrenador de Vélez tras casi dos años de trabajo. Luego de sumar apenas seis puntos y un único triunfo en lo que va de la Copa de la Liga que tiene al Fortín último en la Zona B, el Flaco le comunicó al plantel y a los dirigentes su renuncia.
La confirmación llegó a este diario desde el club de Liniers, más allá de que la salida aún no haya sido oficializada. Lo cierto es que se veía venir: Longaniza no lograba revertir el mal presente de sus dirigidos, quienes tampoco respondían adentro de la cancha, y la caída ante Argentinos en la fecha de clásicos -tercera en lo que va del torneo- no fue una más. Al margen de la voluntad para continuar en el cargo que el propio entrenador venía mostrando conferencia tras conferencia, la paciencia para con él se agotó.
Es por eso que el mismo martes la renuncia parecía indeclinable. Sin embargo, una charla con los referentes del plantel post entrenamiento vespertino había reflotado, en teoría, las posibilidades de que MP siga. Es que durante esa reunión, apellidos importantes del equipo como Lucas Pratto, Lautaro Giannetti, Lucas Hoyos y Agustín Bouzat le habrían dado el visto bueno al DT para que continúe, al menos hasta el partido con Boca. Así y todo, no fue suficiente. “Decisión unilateral”, aseguran desde las entrañas del club.