Las imágenes fueron tomadas por una nicoleña que se encontraba realizando actividad física en el lugar, en la mañana del martes. El ofidio atravesaba uno de los caminos del espacio natural y hasta tuvo “un cruce” con un perro del lugar.
La escena transcurrió sobre uno de los caminos del Ecoparque, el martes por la mañana. Allí se encontraba entrenando la médica nicoleña Patricia Rodríguez, quien al encontrarse con la serpiente no dudó en retratar el momento. La yarará atravesaba el camino y se cruzó con un perro, al que terminó “ahuyentando” con un ataque.
En su posteo en redes, Patricia Rodríguez valoró la belleza de la escena e instó a la gente que transita el lugar a tener precaución, pero sin lastimar a las serpientes, ya que están en su hábitat natural y no suelen atacar a menos que se sientan amenazadas.
Cómo reaccionar ante una mordedura de yarará
No intentar capturar ni cazar a la serpiente.
Retirar toda prenda o accesorio en la zona afectada, que pueda impedir la distensión del edema.
Permanecer en reposo y tomar agua.
No son recomendables las maniobras tales como laceraciones, succión del veneno o torniquetes.
Recurrir al centro asistencial más cercano.
La víctima debe moverse lo mínimo para evitar la circulación del veneno por el cuerpo.
Los síntomas
En caso de tratarse de una mordedura de yarará, los síntomas son muy característicos y fáciles de distinguir, y se desarrollan de inmediato y durante las primeras dos horas:
Se siente un gran dolor de inmediato.
Se observa la marca de los colmillos (no minimizar si sólo se observa un orificio, ya que la víbora puede haber perdido un colmillo en sus actividades de caza, pero conserva su potencial de daño).
Se forma un edema duro de inmediato (su color no desaparece al presionarlo).
El edema cambia de color y se torna morado.
La pérdida de sangre por los orificios causados por la serpiente no se detiene.