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jueves, octubre 17, 2024
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LA “FIEBRE DE LAS ENTRADAS”, MÁS UN TÍTULO QUE UNA REALIDAD

Los estadios en Qatar 2022 no están llenos. Ninguno. Ni siquiera Ahmad Bin Ali el sábado en el triunfo argentino sobre Australia, donde se vieron butacas vacías como en ningún otro partido de la Selección. La oferta de la reventa termina superando a la demanda y todos salen perdiendo.

EZEQUIEL GUISONE
Desde Qatar
Enviado especial

El Mundial de Qatar 2022 ha generado un fenómeno particular en el público. A diferencia de lo que se esperaba, los estadios hasta el momento no han lucido repletos, más allá de que hace rato que a nivel oficial se maneja la información de las “localidades agotadas”, y que realmente es una misión imposible conseguir un ticket remanente a través de la FIFA, pese a que hay mecanismos para lograrlo.
El partido Argentina vs. Australia del sábado lo reflejó a las claras. El estadio de la ciudad de Al Rayyan, con capacidad para 45 mil espectadores, parecía “quedarle chico” al equipo de Scaloni, y apenas la albiceleste sacó el boleto a los octavos comenzaron a darse en los cientos de grupos de WhatsApp y redes sociales las primeras transacciones para conseguir el ansiado ticket. Debido al poco tiempo que hubo entre un partido y otro, aquellos poseedores de entradas aprovecharon y lograron vender las primeras hasta en 900 dólares, tres veces más que las más caras a nivel oficial.
Muchos argentinos desistieron de la intención de poder ingresar y los precios fueron bajando. El día del partido, las mismas entradas podían conseguirse por 300 dólares, y charlamos con compatriotas que compraron las suyas en inmediaciones del estadio a 150.
Son miles los tickets que han llegado a distintas manos de manera gratuita a través de sponsors, y son justamente esos boletos los que terminan rematándose a menos de su valor oficial. En algunos partidos como Alemania vs. Costa Rica nos han ofrecido accesos “Hospitality” (las entradas VIP que incluyen comida y bebida gratis durante cinco horas: antes, durante y después del partido) a 200 dólares, cuando su valor oficial es 950.
Los residentes qataríes han tenido acceso a las entradas categoría 4, con un precio especial de 40 Ryales (3200 pesos) y recién en estos últimos días esos tickets comenzaron a verse en algunas reventas, ya que el entusiasmo de los locales por asistir a los partidos y vivir la fiesta mundialista desde adentro le está ganando por goleada a la posibilidad de obtener un rédito económico importante. De todas maneras, se vienen las fases decisivas del Mundial y la tentación es cada vez más grande. Argentina jugará cuartos de final el viernes en Lusail, con capacidad para casi 90 mil espectadores, por lo que en condiciones normales ningún argentino que esté por estos lados debería quedarse afuera.

¿Dónde están los europeos?
Juega Países Bajos (Holanda, para los nostálgicos) y el estadio está lejos de vestirse de naranja, como suele ocurrir en cada certamen internacional. Apenas algunos grupos aislados desparramados en diferentes sectores. Lo mismo con España, Alemania, los ingleses… el público europeo es el gran ausente en este Mundial de Qatar. Mucho se habla del boicot que el fútbol del Viejo Continente intentó llevar a cabo con esta primera Copa del Mundo en Medio Oriente, y que quizás el público en general también podría haberle dado la espalda a la cita mundialista por esta cuestión. Sin embargo, la mayoría de los periodistas europeos que consultamos en estos días descartan esa hipótesis y apuntan directamente al factor económico como el principal impedimento para que los Europa no tenga una presencia masiva en el torneo. “Es un Mundial demasiado caro”, señalan. ¿Que quedaría para nosotros, no?

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