La casa histórica de Tucumán se construyó en 1760. Pertenecía a una importante familia local, la de Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna. Era una casa con varias habitaciones, patios que las conectaban y su único ornamento eran unas columnas salomónicas ubicadas a los costados de la puerta principal.
Después de ser sede del Congreso donde se declaró la Independencia, fue alquilada para la imprenta del ejército, el servicio de Telégrafo y el Juzgado Federal. En 1869, el fotógrafo Ángel Paganelli, que visitaba la ciudad de San Miguel de Tucumán, registró el deterioro del edificio a solicitud de un grupo de vecinos para llamar la atención de las autoridades en pos de la conservación.
En 1904, el Gobierno la restauró, pero debido a su pésimo estado tuvo que demoler gran parte de la vieja casa. La única parte que fue salvada fue el Salón de la Jura de la Independencia. La reconstrucción intentó ajustarse al máximo en cada detalle del edificio original utilizando, incluso, los mismos tipos de ladrillos, tejas y baldosas.
En 1941 fue declarada monumento histórico. Actualmente funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la Declaración de la Independencia.
Allí cada día 9, el Liceo Militar “General Aráoz de Lamadrid” realiza el relevo de guardia en el Museo de la Casa Histórica de la Independencia.
Con la intención de resaltar las tradiciones de nuestro pasado, los soldados del Liceo Militar, con el uniforme del Regimiento de Infantería de Montaña 10 y acompañados por la Banda Militar “Sargento Primero Pedro Bustamante” del Instituto, realizan esta ceremonia.
De esta forma, el Ejército Argentino junto al pueblo tucumano recuerdan el pasado y mantienen la honesta tarea de custodiar la histórica vivienda donde se juró y se proclamó nuestra Independencia aquel 9 de julio de 1816.
Fuente: www.argentina.gob.ar