A la par de países como Libia, Irán, Yemen, Sudán, Siria, Zimbabue y Venezuela, la Argentina se ubicó en los últimos lugares de un ranking internacional de libertad económica.
El reporte evalúa la independencia judicial, el estado de derecho, el peso del gobierno sobre la sociedad y otros factores clave. Entre los 165 países medidos en este informe difundido por el Instituto Fraser, principal think tank de Canadá y uno de los 15 primeros entre todos los centros de estudios del mundo, la Argentina quedó 158º en este ranking liderado por Singapur, seguido por Suiza, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Irlanda, Dinamarca, Australia, Reino Unido y Canadá.
La Heritage Foundation, Cato Institute y el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos elaboran índices similares que también arrojaron resultados adversos para el país. El índice “Economic Freedom of the World” evalúa “el grado en que las políticas e instituciones de los países apoyan la libertad económica”.
De acuerdo con el instituto Fraser, de orientación liberal, “las piedras angulares de la libertad económica son la elección personal, el intercambio voluntario, la libertad para entrar en los mercados y competir, y la seguridad de la persona y de la propiedad privada”.
Cómo se mide el grado de libertad económica
El grado de libertad económica se mide en cinco grandes áreas: tamaño del gobierno (gasto público, impuestos y tamaño de las empresas controladas por el gobierno); sistema jurídico y derechos de propiedad (protección de las personas y de sus bienes legítimamente adquiridos es un elemento central tanto de la libertad económica como de la sociedad civil); y dinero (la inflación erosiona el valor de los salarios y ahorros legítimamente ganados).
También se tiene en cuenta la libertad para comerciar internacionalmente (en su sentido más amplio, comprar, vender, hacer contratos es la esencia de la libertad económica); y la Regulación (los gobiernos no sólo utilizan una serie de herramientas para limitar el derecho a intercambiar internacionalmente, sino que también pueden imponer regulaciones onerosas).
En las últimas décadas, en la Argentina creció el peso del gasto público sobre el Producto Bruto y la presión tributaria sobre el sector formal de la economía, mientras se estancaba el crecimiento del PIB per cápita y aumentaba el nivel de la pobreza.
Luego de la anomalía del 2020 por la pandemia, el nuevo índice reflejó que por primera vez en la historia del índice en 1996, Hong Kong descendió de su primera posición. Fue porque el gobierno chino impuso nuevas barreras a la entrada, límites al empleo de mano de obra extranjera y aumentos de los costes de hacer negocios, lo que impulsó un descenso en el componente de regulación de Hong Kong.
“La creciente interferencia militar en el Estado de derecho y la erosión de la confianza en la independencia judicial y la imparcialidad de los tribunales de Hong Kong provocaron un descenso en el componente del sistema jurídico y derechos de propiedad de la jurisdicción”, indicó el informe.
A medida que Hong Kong descendía, “la puntuación de Singapur mejoraba, impulsada por las mejoras en sus componentes de tamaño del gobierno y regulación, la puntuación global de Singapur subió puntos para ocupar el primer puesto”. “Los siguientes países con mejor puntuación son Suiza, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Irlanda, Dinamarca, Australia, Reino Unido y Canadá”, indicó el estudio de Fraser.