El próximo viernes se realizará el juicio de cesura que determinará el monto de la pena a cumplir por Pablo Javier Gordillo. El hombre fue hallado culpable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado en perjuicio de una víctima menor de corta edad. El agravante podría llevar la condena hasta a 20 años de prisión.
De la redacción de El Norte
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El próximo viernes 9 de septiembre es el día designado para la realización de la audiencia de juicio en la que un jurado técnico determinará el monto de la pena que deberá cumplir Pablo Javier Gordillo. Luego de la exposición de la parte acusadora y de la defensa el juez Alejandro López, quien preside el tribunal Oral en lo Criminal Nº 2, deberá en juicio de cesura imponer la pena. El hombre fue hallado culpable por un jurado popular. El delito por el que se lo juzgó contempla en su figura agravada una pena de 4 a 10 años pero que se aumenta de 8 a 20 cuando existen agravantes como los que se determinaron en este caso que produjeron grave daño a la salud física o síquica de la víctima.
Durante la tarde del pasado miércoles, un jurado integrado por vecinos lo había encontrado culpable por 10 votos contra 2 del delito de Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por resultar un grave daño en la salud física o psíquica de la víctima. El imputado llegó al juicio en libertad por lo que la fiscalía solicitó su detención lo que deberá ser resuelto mediante incidente.
La resolución de culpabilidad había sido adoptada en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2, presidido por el magistrado Alejandro López, en la tercera y última jornada de audiencia del juicio popular seguido a Pablo Gordillo. El hombre de 44 años que se desempeña como profesor, es miembro de un culto religioso y militante político. Está acusado de abusar sexualmente de una víctima que al momento de los hechos tenía 7 años.
El juicio Oral y público había sido convocado en principios para desarrollarse en dos jornadas pero el pasado martes, día previsto para la finalización del debate, el juez debió llamar a cuarto intermedio hasta el día siguiente ante la no comparecencia de varios testigos pertenecientes al poder judicial que no se presentaron a declarar cuando estaba previsto porque no habrían sido notificados de manera fehaciente como exige la ley. Ante esta situación se demoró el trámite y debió extenderse el debate por una jornada más.
Estuvieron citados a declarar más de 30 testigos entre ellos psicólogos, psiquiatras y acompañantes terapéuticos que debieron prestarse, en muchos casos, a largos y desgastantes interrogatorios practicados especialmente desde la defensa, esgrimida por el letrado Gabriel Ganón, en procura de desacreditar los testimonios ofrecidos. También testificaron en la segunda jornada la víctima y su madre.
La acusación
Los hechos que originaron el proceso fueron denunciados en 2018 cuando la víctima cumplió la mayoría de edad pero habrían comenzado a producirse unos diez años antes.
En el relato de los sucesos, la denunciante acusó al hombre, de haberla abusado sexualmente por primera vez a los 7 años y de repetir su conducta en el tiempo. Al cumplir la mayoría de edad, luego de varios años de terapia sicológica, habría decidido contar lo sucedido a su madre y efectuar la denuncia ante la posibilidad de que el acusado, que había formado pareja y estaba en contactos con menores, abusara de alguien más.
Una gran parte de los testimonios escuchados provinieron de quienes estuvieron en contacto con la victima acompañándola en sus padecimientos sicológicos que la llevaron a sufrir autoflagelaciones e intentos de suicidio por lo que debió ser internada en un centro especializado para recibir tratamientos prolongados para revertir esas conductas. La parte acusadora a cargo de la fiscal Franca Padulo, había procurado establecer vinculación entre estos trastornos y los hechos llevados a juicio, lo que fue tenido en cuenta por los jurados a la hora de decidir.
La investigación iniciada a partir de la denuncia habría logrado sustento suficiente como para sostener la acusación por abuso sexual gravemente ultrajante agravado y sentar al hombre en el banquillo de los acusados. En la tarde de este miércoles poco después de las 16.30 el hombre fue hallado culpable por un jurado integrado por vecinos. El próximo viernes 8 de setiembre un tribunal técnico decidirá la pena que oscilaría entre los 8 y 20 años de prisión, atento a los agravantes que contempla el art 119 inc a del Código Penal cuando los establece para quien hubiere causado con su conducta un grave daño a la salud física o síquica de la víctima.