Entre otros hechos destacados de su sacerdocio, el Padre Carlos Antonio Pérez tuvo protagonismo en la edificación del Santuario María del Rosario de San Nicolás, así como también en el proceso que culminó con el decreto de beatificación de María Crescencia Pérez.
De la Redacción de EL NORTE
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El Santuario María del Rosario de San Nicolás celebró este viernes dos misas dedicadas al Padre Carlos Antonio Pérez en su 60º Aniversario sacerdotal. Durante la mañana se destinó especialmente a los sacerdotes y fue presidida por el Sr. Obispo Mons. Hugo Norberto Santiago y concelebrada con más de 20 sacerdotes. La homilía fue pronunciada por el vicario general, Padre Javier Fortunato.
Después de la sagrada comunión se difundió un audio del antiguo Obispo de San Nicolás, Mons. Domingo Salvador Castagna en el que felicitó al homenajeado, a la vez que valoró su fidelidad en la amistad y en el desempeño pastoral como primer rector del Santuario a lo largo de los 10 años de su episcopado en San Nicolás.
A continuación, el Padre Carlos Pérez agradeció a Mons. Francisco Juan Vénnera, el Obispo que lo ordenó e hizo lo propio con Mons. Castagna y todos los Obispos que habían gobernado la Diócesis desde los comienzos del Acontecimiento Mariano.
Tuvo un agradecimiento especial a sus padres y hermanas, una de las cuales estaba presente. Agradeció a los sacerdotes presentes y a los que no habían podido asistir, con los cuales se sentía especialmente hermanado. Por último, tuvo una especial mención hacia todos los laicos que, en los 40 años transcurridos desde los inicios de los hechos marianos, se habían desempeñado en diversos roles.
Finalmente, Mons. Santiago valoró dos aspectos de la vida del Padre Pérez: su protagonismo en la edificación del santuario así como también en la fundación de la Fraternidad Sacerdotal Hijos del Sagrado e Inmaculado Corazón de María. El Padre Gustavo Salse, miembro de dicha asociación agradeció todo lo que el Padre Pérez había brindado a través de las seis décadas de su generoso servicio.
Finalizada la misa, los presentes realizaron la consagración a la Virgen, y el Padre Pérez saludó durante largo rato a los laicos presentes.
El corolario de la celebración fue el almuerzo que los sacerdotes compartieron en la antigua sede del Movimiento Mariano de la calle Francia 415.
Su historia
Carlos Antonio Pérez Carignano nació en la localidad de Guerrico, Partido de Pergamino, el 13 de agosto de 1938. La naturaleza de ese ámbito rural, tal vez haya sido su primer catequista. Fue alojado por los claustros del Colegio Don Bosco de los padres salesianos de San Nicolás. Posteriormente, en la década del 40, los territorios del norte bonaerense, pertenecían al Arzobispado de La Plata. Su Seminario San José lo recibió y allí transitó casi una década.
De este modo, el 2 de junio de 1963 el joven pergaminense de un cuarto de siglo, se postró ante el altar y recibió la imposición de manos del segundo Obispo de San Nicolás, Mons. Francisco Juan Vénnera.
Las páginas de su historia pastoral comienzan con su servicio como vicario parroquial en Nuestra Señora de La Merced de Pergamino, a lo que siguió el ser párroco fundador de
Nuestra Señora de Luján del barrio Cruce de Caminos de esa ciudad. Mons. Ponce de León, cuarto Obispo nicoleño, lo designó como el sucesor de Mons. Fioroni en la Iglesia Catedral, donde tuvo el rol de aplicar las reformas del Concilio.
Tras casi una década de su desempeño en la Catedral, comenzó a desarrollarse -bajo la tutela del quinto Obispo de San Nicolás, el recordado Mons. Domingo Salvador Castagna- lo que se denominó “Acontecimiento Mariano de San Nicolás”, que encontró al Padre Pérez en un protagonismo subordinado, pero clave en lo ejecutivo, para el inicio de una nueva advocación de la Madre de Dios en el seno de la Iglesia: María del Rosario de San Nicolás.
El pueblo creyente, desde las distintas latitudes de Argentina, se congregaba en San Nicolás bajo forma de multitud ante la Sagrada Imagen. Así surgió la idea de construirle un techo a ese pueblo devoto, lo que desembocó en la decisión de edificar un Santuario a la Virgen, proyecto en el que el Padre Pérez estuvo presente desde su piedra fundamental hasta la inauguración final, en tiempo récord, sorteando las miles de circunstancias y dificultades que un emprendimiento de este tipo trae consigo. En el contexto del Santuario también surgió la asociación sacerdotal “Hijos del Sagrado e Inmaculado Corazón de María” que lo tuvo como su primer presidente.
En otro orden, la particular circunstancia de ser sobrino carnal de la religiosa María Crescencia Pérez, hija de María Ssma. Del Huerto lo llevó a indagar en su vida, como incansable fogonero. El cuerpo incorrupto de la religiosa, pergaminense por adopción, llevó al Obispo Mons. Castagna a iniciar el proceso canónico, que culminó con el decreto de beatificación del recordado Papa Benedicto XVI. Así surgió, como orgullo diocesano, la primera beata bonaerense y séptima de Argentina, tras medio milenio de evangelización del continente nuevo.