El expiloto oriundo de Conesa fue campeón en Europa y se codeó con la Fórmula 1 durante su estadía en el viejo continente. En diálogo con EL NORTE, mostró su satisfacción por la llegada del argentino a la máxima categoría del automovilismo internacional. “Se manejó muy bien tanto arriba como abajo del auto”, dijo sobre el joven pilarense.
Junto a “mamá” o “papá”, una de las primeras palabras que pronunció Augusto Scalbi fue karting. Probó con la pelota de fútbol, como todo chico. Sin embargo, siguiendo con un legado familiar (su padre y sus tíos fueron kartistas), no llamó la atención que iniciara su recorrido en el ambiente de los karts, especialidad en la que participó en numerosos torneos en todo el territorio argentino. Tras esta experiencia formativa, gracias al apoyo de su familia, cruzó el océano y debutó profesionalmente en el año 2006 compitiendo en Europa, en donde participaría en la Fórmula Renault y la Fórmula 3, conquistando en su primera temporada el campeonato de la Formula Junior 1.6 by Renault, en Italia. Después de este título, recaló en la Fórmula 3 Italiana, en la que comandó un Dallara-Opel del reconocido equipo Minardi, recibiendo el apoyo directo del propio Giancarlo Minardi. Más tarde, actuó en la Fórmula 3 Española.
En su estadía en el viejo continente Scalbi compitió de igual a igual con pilotos que posteriormente llegarían a la Fórmula 1, como los españoles Jaime Alguersuari y Roberto Merhi. A su vez entrenó junto a Gules Bianchi, quien estaba un escalón por encima de Charles Leclerc en la Academia Ferrari y fue el último piloto que falleció en la Fórmula 1 (sufrió un accidente en Japón en 2014 y murió nueve meses después, ya cuando corría el 2015). Y compartió experiencias con el ítalo-suizo Edoardo Mortara (campeón en varias categorías). “La Fórmula 3 Europea está en un nivel similar de lo que es la Fórmula 3 actual, así que se puede decir que yo estaba a dos pasos de la Fórmula 1. Es más, llegué a compartir algunas carreras con la Fórmula 1, como sucedió en Valencia, en el circuito callejero”, repasó Augusto en diálogo con EL NORTE.
En esos años –más precisamente en 2007- hizo podio con la Fórmula 3 Italiana en Monza (en esa ciudad, a su vez, vivió), casualmente en donde Franco Colapinto concretó su anhelado debut en la Fórmula 1 el pasado fin de semana dentro de la escudería Williams (también corrió en Imola, en Barcelona, Bélgica, en Hockenheim). Es más, fue el mismísimo Colapinto quien en 2019 le quitó la marca que Scalbi ostentaba por haber sido el argentino más joven en ganar una carrera en Europa.
En la actualidad, es un expiloto. Tiene 34 años y se recibió de abogado en 2017. Viaja a Pergamino todos los días desde su pueblo natal, Conesa, en donde reside junto a sus padres y a su pequeña hija. Allí trabaja en un estudio jurídico, se desempeña como Asesor Legal de un colegio y además forma parte de la Comisión Directiva del Club Douglas Haig.
“Del automovilismo estoy totalmente desconectado desde el 2018, cuando dejé de correr en el TC 2000. Solo sigo la Fórmula 1, que nunca la dejé de mirar”, contó.
Por haber sido un deportista destacado en el mundo motor; y por sus conocimientos específicamente de la Fórmula 1, la suya es una palabra autorizada para hablar de la relevancia que tiene para la Argentina la presencia de Colapinto en la máxima categoría del automovilismo internacional. En ese sentido, Scalbi sostuvo que “el último paso siempre es el más difícil, y el ejemplo más concreto es el de (José María) Pechito López, que después de (Gastón) Mazzacane fue el que estuvo más cerca, y por ahí (Esteban) Guerrieri”. Al mismo tiempo consideró que para llegar “hay muchos factores que influyen, como el económico; lo mismo que los contactos y las influencias”. Y puntualizó que “más difícil es para los argentinos, por la distancia y la economía”. Al respecto, consideró que “la suerte tiene su cuota, como le pasó a Colapinto, que si bien estaba preparado para subirse a un Fórmula 1, se benefició porque el piloto que estaba delante suyo no rindió y se mandó algunas macanas”. “No es solo manejar bien. Ni tampoco tener los recursos económicos. Se deben dar todas las cosas al mismo tiempo, lo que es bastante improbable habitualmente”, agregó Scalbi, quien luego detalló que “en el caso de Colapinto están las condiciones de él que le permitieron llegar a donde está, una representante muy buena que hizo un trabajo bárbaro y le abrió caminos y a eso hay que sumarle que apareció no sé muy bien de qué manera Bizarap que fue muy importante en su carrera, lo potenció en las redes y le acercó varias empresas que lo apoyan”. “Y el último factor, que fue sorpresa y es el que menos se puede manejar, es que su compañero no rindió (NdeR: Logan Sargeanty) no estuvo a la altura de lo que pretendía el equipo”, subrayó.
Más allá de haber enumerado todas los obstáculos que hay que sortear para ocupar una butaca de la Fórmula 1, Scalbi en cierta medida aventuraba este presente para Colapinto, hay quien conoce desde que era un niño. “Yo lo cruzaba de chiquito cuando volvía de Europa –repasó- y acá entrenaba en karting y ya él andaba muy bien. Ya se empezaba a hablar de él y nunca dejé de seguirlo, y se fue destacando en todas las categorías en las que fue corriendo”. “Cuando llegó a Europa lo acompañó como coach Lucas Benamo (NdR: excorredor bahiense), y yo a él lo conozco de hace muchos años. También tuvo algunos mecánicos que tuve yo y les preguntaba cómo andaba. Talento tiene, eso está demostrado. Se manejó muy bien tanto arriba como abajo del auto. Fue creciendo y viene dando pasos firmes”, destacó.
Al ser consultado acerca del rendimiento de Colapinto en su primera competencia, analizó que “anduvo muy bien, avanzó todo lo que pudo y estuvo cerca del ritmo de su compañero de equipo, que la diferencia que le sacó fue por haber largado más adelante”. Indicó que “el sábado cometió un pequeño error pero son cosas que pueden suceder cuando estás al límite y no conocés mucho el auto”. “El primer paso fue muy bueno”, afirmó. Y comentó que “para él andar bien va a ser achicar los márgenes con su compañero de equipo, que es su primer rival. (Alex) Albon va a ser su referencia. Y a lo sumo aspirar a quedar alguna vez entre los diez primeros”.
Scalbi lamentó que “con tantos pilotos buenos en el país se tardaran 23 años en volver a la Fórmula 1”. No obstante, el conesero expresó: “En el ambiente del automovilismo estamos todos muy felices con que se le haya dado esto. Y se puede decir que Colapinto consiguió lo que todos alguna vez soñamos. Si bien estaba cerca, por cómo se dio fue una linda sorpresa”. “Somos hinchas suyos y vamos a hacer fuerza siempre para que le vaya bien”, concluyó Augusto, con la camiseta de Williams y de Colapinto puesta. Con el casco descansando en una repisa, pero con la tranquilidad de que dio todo. Y con la satisfacción de que le quedaron miles de historias para contar. Como esta.
“Estoy conforme y contento con lo que hice”
Luego de su paso por Europa, Augusto Scalbi retornaría a la Argentina, para seguir su carrera en la Fórmula 3 Sudamericana, el Top Race V6 y el TC Mouras, hasta debutar en 2013 en el TC 2000 (con siete victorias en 68 presentaciones). Tras su última participación a nivel nacional, decidió retirarse de la práctica deportiva para abocarse a la finalización de sus estudios universitarios, logrando finalmente recibirse con el título de abogado en 2017. Sobre su paso por el automovilismo, confesó: “Yo estoy conforme y contento con lo que hice, porque desde chico siempre quise correr, y haber podido llegar a Europa fue un sueño cumplido. Obviamente que también me hubiese gustado poder llegar a la Fórmula 1 como lo logró Colapinto, porque es el sueño de todos los que alguna vez se subieron a un auto de carrera, pero ya ahí se depende de miles de factores que escapan a uno. Son muy pocos los que pueden lograrlo”. Y manifestó: “Yo me sentía preparado para correr en Europa. De hecho en la Fórmula 3 competí de igual a igual con varios pilotos que después llegaron a la Fórmula 1 o estuvieron en pruebas. Yo me daba cuenta que estaba cerca, en entrenamiento físico y mental, no solo en condiciones”. A propósito de ello, marcó: “Como en el de la mayoría de los argentinos, en mi caso pesó mucho lo económico y por eso me tuve que volver. Ojalá que lo de Colapinto sirva no solo para que él pueda seguir a este nivel, sino para alentar y apoyar a otros jóvenes proyectos”. “Lo de Colapinto fue un esfuerzo particular, no fue que a él lo eligieron entre otros diez chicos de similares cualidades como por ahí pasa hoy en otros países, como Inglaterra sobre todo”, evaluó.