El arte y las pasiones generan momentos inolvidables, aunque a veces pueden perdurar en el tiempo. Así es la vida de Carla Domínguez y Julio Seffino, dos nicoleños que viven de bailar tango por el mundo y que lograron llevar la cultura argentina a otros países. La pareja, ella de 30 años y él de 32, trabaja profesionalmente en el baile desde el 2013 y triunfa con uno de los géneros musicales más tradicionales de nuestro país.
De la Redacción de EL NORTE
[email protected]
“Desde que era chica que empecé con comedia musical y a los 18 años quise incursionar en el baile. Primero fue folclore argentino y después de eso fue tango. En la misma época me mudo a Rosario para estudiar y conocí a quien hoy es mi pareja y compañero de tango. De ahí comenzamos tomando clases en Buenos Aires y nunca creí que hoy iba a estar viviendo de esto”, contó a EL NORTE Carla Domínguez.
El arte y la música son expresiones realmente maravillosas, tanto es así que una pareja de nicoleños viven de viajar por el mundo bailando tango. Se trata de Carla Domínguez (30) y Julio Seffino (32), quienes desde el año 2013 atraviesan una carrera artística llevando la cultura de nuestro país a lugares inimaginables.
“Cuando nos empezamos a tomar esto en serio, conocimos gente en Buenos Aires que nos abrió las puertas de las Casas de Tango, son lugares parecidos a los teatros pero solamente se baila este género, hay cantantes y músicos. Ahí descubrimos un mundo que era realmente nuevo para nosotros”, manifestó Domínguez.
Desde allí, el camino del tango se abrió definitivamente para los nicoleños. Vale aclarar que si bien su punto fuerte es viajar y bailar en otros países, los meses que están aquí en la Argentina suelen ser contratados por las casas de tango para no perder el ritmo. Actualmente, se encuentran brindando shows en un hotel de Puerto Madero. En el corto plazo, volverán a armar sus valijas para dirigirse a otro destino del mundo donde mostrar la cultura argenta.
“Pasaron cinco años y adicionamos para una compañía de tango, las cuales suelen estar dirigidas por argentinos, pero los productores son de otros países. Ahí descubrimos que en el mundo, nuestro baile emblema era altamente conocido. Una vez que quedás seleccionado, dependiendo de donde sea la productora es adonde viajás. Por lo general duraban seis meses, pero con todo esto de la pandemia se acortaron los tiempos”, dijo Domínguez.
De inmediato, agregó que “en este tipo de eventos, desde las compañías suelen llevarse los seis músicos, dos cantantes (un masculino y un femenino), doce bailarines y toda la estructura que tienen los shows. De esa manera empezamos a viajar y a vivir del tango, suelen ser hasta tres giras al año por compañía”.
Gracias a ello, lograron conocer países como China, Japón, Rusia, Corea del Sur, Lituania, Inglaterra, entre tantos otros. A partir de ese momento, la pareja nicoleña mechaba entre las casas de tango y las compañías y eso les daba la posibilidad de poder trabajar todo el año. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, los viajes se cancelaron y las obras debieron frenarse al menos durante todo el 2020. Luego de ello, comienza la odisea de elegir entre buscar otro rubro o mantener vivas las esperanzas.
Abrirse al mundo
Durante un año, volvieron a radicarse en San Nicolás. Carla daba clases de inglés por distintas plataformas online, mientras que Julio retomó sus labores en la empresa familiar. “Lo último en volver fueron las actividades artísticas, así que en el 2021 decidimos empezar de cero y encarar los viajes por nuestra cuenta. Fue algo sumamente difícil, porque con las compañías nos brindaban alojamiento y nos conseguían donde trabajar. Solos fue una adversidad, pero logramos concretar muchos trabajos en el exterior”, aseveró Domínguez.
Consiguieron estar siete meses fuera de Argentina, tres en Estados Unidos y cuatro en México, mientras buscaban nuevos horizontes. Participaron de mundiales de tango, del famoso programa America’s Got Talent y continúan entablando conexiones en otros países para poder seguir llevando la cultura argentina al éxito.