El encargado de confirmarlo fue el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza. “Probablemente haya que dar dosis de refuerzo o cambiar de vacuna si la misma no es efectiva contra una nueva variante”.
El avance de las nuevas variantes de coronavirus tiene en vilo al mundo. Mientras países como Alemania o Gran Bretaña decidieron posponer el levantamiento total de las restricciones, el gobierno de Alberto Fernández confirmó este sábado que evalúan reforzar la inmunización con una tercera dosis y no descartan cambiar alguna vacuna en caso de que se confirme que no protege contra nuevas variantes.
En declaraciones radiales, el ministro contó que en la mesa chica del Gobierno “hay muchos interrogantes” sobre cómo continuará la campaña de vacunación sobre todo porque “en el mundo se desconoce la propia duración de la inmunidad que confiere la vacuna”.
“Todavía no sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo provee inmunidad la vacuna que se comenzó a aplicar en diciembre del año pasado. Tenemos que analizar como evolucionan los anticuerpos y la inmunidad celular para decir cuanto tiempo de inmunidad nos van a proveer las vacunas”, agregó Salvarezza.
Sputnik V
El martes, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) informó que la Sputnik V es “la más eficiente contra la variante Delta”, de acuerdo a un estudio presentado por el Centro Gamaleya, desarrollador de la vacuna, para su publicación en una revista internacional y revisado por pares.
El Instituto Gamaleya publicó un mensaje para anunciar que pone a disposición una tercera dosis de su vacuna, incluso para otros fabricantes.
“La variante Delta es nuestro nuevo enemigo común. Deberíamos luchar juntos. Sputnik V es el único cóctel aprobado de vacunas (vectores Ad26 + Ad5) y ofrecerá su inyección a otros fabricantes de vacunas para nuevos cócteles potentes contra la variante Delta. Varios de estos estudios están en curso”
La variante Delta se asocia hoy a una mayor transmisibilidad, al desarrollo de casos más severos y a una evasión de la respuesta inmune generada por las vacunas para los casos leves de coronavirus, lo que en la Argentina obligó a repensar estrategias para evitar su ingreso al país.