Casi tres veces nuestra ciudad, ese es el tamaño de territorio afectado por el fuego en la zona de islas desde el 14 de junio.
De la redacción de EL NORTE
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El Centro de Monitoreo Climático, con sede en Granadero Baigorria, estimó que la superficie arrasada por el fuego en el humedal del delta del Paraná totalizó, en los últimos 104 días, unas 170.000 hectáreas. Lo hizo mediante el análisis de las imágenes satelitales disponibles, y con las correcciones técnicas de esos datos.
Para dimensionar el ecocidio, el territorio devastado equivale a 2,5 veces la extensión del partido de San Nicolás. A futuro, de acuerdo al mismo informe, el panorama es igual de grave: con la persistencia de precipitaciones inferiores al promedio histórico, aun cuando se anuncien episodios aislados de lluvias intensas, hay una biomasa expuesta a quemarse en una superficie de 415.000 hectáreas dentro del espacio estudiado de 584.000 hectáreas comprendidas por los humedales en jurisdicción de San Nicolás, Victoria y San Lorenzo.
El centro meteorológico de alerta temprana aclara que sus informes no son oficiales, pero están apoyados en rigurosos estudios. Son en función de los datos del satélite NOAA-20, de la nueva generación de equipos en órbita polar que se lanzó el 18 de noviembre de 2017. Lo que se analiza es la información de uno de sus sensores, llamado VIIRS (radiación infrarroja y visible). Los datos están disponibles, pero por sí solos no dicen gran cosa, hay que interpretarlos, y hacer correcciones con otro combo de información.
Carbón y cenizas
El análisis explica que las áreas quemadas o afectadas por incendios se caracterizan por depósitos de carbón y cenizas, remoción de vegetación o alteración de la estructura vegetal.
Cuando el suelo desnudo queda expuesto, el brillo en la Banda I1 del satélite puede aumentar, pero puede compensarse con la presencia de residuos de carbono negro. El infrarrojo cercano (Banda I2) se oscurece y la Banda M11 se vuelve más reflectante. Cuando se asigna a rojo en la imagen, la Banda M11 muestra las cicatrices que deja el fuego en rojo intenso o brillante, según el tipo de vegetación quemada, la cantidad de residuos o la totalidad de la quemadura.
Con la observación diaria de la información satelital, el SAT estimó una superficie quemada de 169.130 hectáreas entre el 14 de junio y el 26 de septiembre último.
Lo que sigue, con una bajante del Paraná y una sequía que persistirán, no es alentador. “La biomasa está predispuesta a que cualquier incendio tome gran dimensión”, alertaron desde el centro de monitoreo.
Explicaron que los pronósticos para los próximos meses indican “un déficit hídrico bastante significativo, con tormentas fuertes y acumulados importantes de agua, pero debajo del promedio esperado”. Lo anterior, avisaron, diagrama “una situación para tener mucho cuidado, para tomar medidas preventivas”.
Controlado
Con base en el aeroclub de San Pedro, continuaban las tareas para combatir el fuego en islas de esa localidad. Los trabajos involucraban a 22 efectivos de infantes de Marina; cinco de la Policía de Entre Ríos; dos de la Dirección Provincial de Defensa Civil que se encargan de las tareas relacionadas con las comunicaciones, y 17 efectivos del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, estos últimos fueron reemplazados este sábado por nuevos bomberos y policías de Entre Ríos.
El calor obligó a hacer relevos en menores lapsos. Para hoy lunes se espera que arribe a San Pedro un nuevo grupo de la Policía Federal, que además trabaja en la localización de los espacios donde se desarrolla el fuego para identificar a sus propietarios.