EL ASESINATO DE JOSÉ DOMINGO COLOMBO

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El 3 de octubre de 1973 era asesinado en la redacción del diario «El Norte», el periodista José Domingo Colombo. Fue víctima de la intolerancia política que imperaba en aquellos años turbulentos.

Unos días antes de que fuera víctima de aquel homicidio, José Domingo Colombo se había negado a dar a publicidad un manifiesto presentado por el sector de la CGT local contra el actual interventor del Partido Justicialista. La guerra de solicitadas y volantes entre estos dos sectores locales se arrastra después de meses. Volantes de un Comando de Resistencia Perónista señalan al Director del diario, en que Colombo trabajaba, que “debe desprenderse de los troscos y bolches que tiene en su diario, caso contrario lo harán ellos”.

José Domingo Colombo.

Este mismo volante defendía la posición del ex-boxeador, actual secretario de la CGT local, contra el actual interventor. La persona que se entrevista con Colombo para que publique “el manifiesto” es Sanz, la misma que luego fuera condenada como el ejecutor material del posterior asesinato. A José D. Colombo no lo resguardó su no militancia. Terminó su existencia de intelectual y ciudadano argentino honesto con los mismo riesgos de cualquier activista.

El asesinato

A las 15,20 horas del miércoles 3 de octubre de 1973, José Domingo Colombo habla ingresado a sus tareas habituales en el Diario El Norte. Dos hombres entre 35 y 45 años irrumpieron frente a la telefonista Laura arrancándole los auriculares mientras la obligaban a un forzado cuerpo a tierra. Uno de ellos queda de campana a la entrada del hall. Mientras que el mayor, que portaba una escopeta se desplaza hacia el interior. En este punto las cosas no están muy claras. Los compañeros de taller dicen que no vieron nada salvo que escucharon el disparo.

Algunos entre ellos suponen haber visto 4 hombres. En cambio en Redacción vieron únicamente al que portaba el arma. Todos coinciden en que no había encapuchados y que no se trataba de “gente joven”. Lo que queda claro y comprobado es que entraron únicamente dos personas.

“Toda la operación no duró más de 3 minutos y nosotros reconocimos inmediatamente al asesino”, dicen los compañeros de José Domingo Colombo. “Por esa puerta emergió el individuo que nos ordenó tirarnos al suelo”. Comprobamos que el escritorio de José se encontraba frente a la misma y a escasos dos metros de la boca de la “Itaka” empuñada por el “mercenario de origen catalán” que con su tremendo estampido multiplicado en la diminuta sala periodística de 3 x 4 metros, dio de lleno sobre el perfil izquierdo de Colombo.

Cayó hacia un costado, mientras el asesino volvía a cargar su arma. Un rocío de sangre cubrió techo y paredes. Todo indica que la retirada de los asesinos fue menos coordinada que la llegada. Posiblemente por aquello de lo injustificado del hecho que termina por traicionar la propia conciencia de los asesinos a sueldo. Un Fiat Familiar 125 los alejó de inmediato. Tres horas después la Policía los detenía en el cruce de las rutas 8 y 51.

Los asesinos

Conocido en San Nicolás como “el Buchón” González y armado de un 38 caño largo es el “campana” que enfrenta a la telefonista. Afiliado a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) “figura como asesor del gremio y matón de armas tomar”. Se lo sindica también como el conductor del Fiat.

Juan Sanz, de origen catalán, de unos 45 años, se niega a declarar ante las autoridades policiales y fue reconocido como el ejecutor material del hecho que costara la vida al periodista Colombo. Figuraba como asesor de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) local en estrecha relación con Antonio Magaldi, dirigente responsable de la CGT de San Nicolás y enemigo declarado del entonces interventor del Partido Justicialista en dicha ciudad, Dr. Humberto Parigini.

Ambos asesinos  pertenecían al Comando de Resistencia Peronista (CRP). Después del juicio correspondiente, Juan Sanz y “Buchón” González fueron condenados por aquel homicidio.