Luego de más de tres horas de tensión lograron que el agente del servicio penitenciario que se había atrincherado depusiera su actitud. El hombre, a quien debían retirarle el arma reglamentaria, amenazó con suicidarse al ser informado de una denuncia por abuso sexual. Trascendió que habría tomado de rehén a una oficial embarazada, pero en su declaración en fiscalía la mujer aseguró no haber sido víctima de ningún delito.
De la redacción de EL NORTE
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Momentos de gran incertidumbre y temor se vivieron en la Unidad Penal N°3 durante la mañana de este viernes. Un agente del servicio penitenciario permaneció por más de tres horas atrincherado en la guardia de la base operativa. El hombre, identificado como Javier Gómez, sufrió una crisis nerviosa luego de que una oficial le informara acerca de una denuncia presentada por otra agente penitenciaria por abuso sexual y le pidiera la entrega del arma.
El hombre amenazó con suicidarse mientras dos guardiacárceles que estaban en el lugar intentaban persuadirlo. La tensa situación fue confusa y aunque trascendió que el hombre habría mantenido de rehén a la agente que se encuentra embarazada, en su declaración ante el fiscal en turno la mujer aseguró no haber sido víctima de ningún delito. El guardia penitenciario fue persuadido tras más de tres horas de tensión y trasladado a la Comisaría Segunda donde fue demorado hasta tanto lo notificaran de la denuncia por abuso sexual en su contra que había sido presentada el día anterior.
En dialogo con EL NORTE, el fiscal Jorge Leveratto a cargo de la UFI N°15 informó el resultado de la toma de testimonio a la mujer supuestamente mantenida como rehén. “Camila Arroyo, manifestó no haber sido víctima de ningún delito. En el relato de los hechos expresó en fiscalía que le comunicaron a Gómez que había una denuncia en su contra, que se la comunicó un superior en momentos en que ella llegaba.
El agente le preguntó si sabía algo de eso, ella le dijo que si, que estaba enterada de la denuncia. Entonces el hombre sacó un arma que tenía en una mochila y manifestó que se iba a pegar un tiro, pero no lo intentó, lograron sacarle el arma enseguida, no apuntó a nadie, no amenazó a nadie” informó el fiscal. “A Camila Arroyo la preservaron en una oficina. La situación era muy tensa debido a que el hombre insistía en que le devolvieran el arma para trabajar por lo que debieron convocar a la superioridad.
A raíz de ello la mujer tuvo una crisis nerviosa, pero no fue víctima de ningún delito. Se labraron actuaciones por averiguación de ilícito, se secuestró el arma de fuego y se lo derivó a la Comisaría Segunda a los fines de que lo vea el médico de policía para que se le extraiga sangre para ver si estaba alcoholizado o no. Pero no hay delito.
Después, respecto de las actuaciones administrativas y todo lo que tiene que ver con su función se encargará el ministerio de seguridad. Lo que hicimos desde la fiscalía es aprovechar la oportunidad para informarle al Juzgado de Garantías N°2 que Gómez se encontraba en la dependencia para que procedan a notificarlo de una prohibición de acercamiento en protección de la víctima en la causa por abuso sexual que se encuentra en investigación” Concluyó el fiscal Jorge Leveratto.
Los hechos
El preocupante episodio se desencadenó alrededor de las 10.30 de la mañana de este viernes en la Base Operativa de la Unidad Penal, donde se efectúan los traslados de detenidos, cuando al agente del servicio penitenciario Javier Gómez, le notificaron que pesaba en su contra una denuncia por abuso sexual por parte de una compañera de trabajo.
La mujer había denunciado en fiscalía que, el día anterior, Gómez habría avanzado con tocamientos sin su consentimiento cuando ambos se encontraban en un sector de tribunales en oportunidad de desarrollarse un juicio por jurados.
Luego de enterarse de de la denuncia, el agente amenazó con suicidarse y se desató una confusa y tensa situación que se prolongó hasta las 13.30 cuando el guardia penitenciario pudo ser finalmente trasladado a la Comisaría Segunda donde permaneció en calidad de demorado hasta tanto fuera revisado por los médicos y notificado por el juez de Garantías.
El agente, oriundo de barrio Ivba, es suboficial y tendría una antigüedad en el servicio de aproximadamente 15 años. Ingresó cumpliendo funciones en la UP N°13 de Junín y consiguió el traslado a San Nicolás hace 7 años. También trabaja haciendo custodias. (por este motivo se habría desatado la crisis cuando intentaron quitarle el arma).
Entre tanto, trasladaron a Camila Arroyo al hospital San Felipe, para que la evalúen por su embarazo, y asegurarse de que no presentara lesiones tras lo cual fue dada de alta. Luego prestó declaración ante la UFI N°15.