La enorme figura de Dibu Martinez en la definición por penales le dio vida a Argentina en un cruce en el que Ecuador lo tuvo contra las cuerdas. La Tri lo superó físicamente (lo reconoció hasta Scaloni) y casi lo gana en el descuento. Una señal de alerta de cara a la semifinal.
ENVIADO ESPECIAL- Ezequiel Guisone
Desde Houston
En la conferencia de prensa post partido, el propio Lionel Scaloni resaltó la tarea de los ecuatorianos, que físicamente sometieron a Argentina y fueron superiores en varios tramos del encuentro.
Haber superado este cruce, en el que el rival se plantó desde el inicio, impuso condiciones y estuvo a punto de ganarlo en el descuento, justificó el festejo contenido y plantea interrogantes de cara a lo que viene.
El mediocampo ecuatoriano con Caicedo, Franco, Gruezo y Sarmiento ganó la pulseada: redujo a la mínima expresión a De Paul, forzó muchos errores con la pelota de Enzo Fernández y taparon cualquier posibilidad de que Messi recibiera solo. MacAllister era el que bancaba la parada y Nico Gonzalez aportaba algo de aire sobre la izquierda, pero en las bandas también se sufría con las subidas de Preciado y de Hincapié.
En medio de ese contexto, Argentina abrió el marcador a través de una pelota parada. Buena noticia, ya que en la primera fase el equipo ganó poco y nada en ese rubro.
En el segundo tiempo quizás lo más preocupante: cuando Ecuador aflojó un poco la intensidad, la Selección no tuvo fluidez en el juego y estuvo lejos de meter presión para llegar al 2 a 0. El penal que erró Enner Valencia parecía sepultar las aspiraciones ecuatorianas, pero en el descuento llegó el merecido empate. Y casi es triunfo cuando Jordy Caicedo apareció solo en el área y cabeceó apenas afuera.
Que Messi erre el primer penal intentando picarla tambien es un golpe duro del cual reponerse. En ese tipo de contexto es que la figura de Dibu Martinez se hace gigante. Es un arquero determinante. Gana partidos. Gana campeonatos. “Es una suerte tenerlo de nuestro lado”, dijo Scaloni.
Lo que viene
Ni Canadá ni Venezuela tienen la intensidad de Ecuador. Eso es una buena noticia para una Selección que viene tocada. Enzo Fernández no pudo aguantar el ritmo, Leo manifestó haber jugado condicionado anímicamente por el fantasma de la lesión y desde el banco no llegaron las soluciones (Lo Celso volvió a tener un ingreso flojo).
Sea cual fuere el rival en semis, Argentina llegará sabiendo que sorteó una de esas noches negras que te pueden devolver a casa antes de tiempo. La actitud ganadora está intacta. Es momento de recuperar el juego.
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