Aldo Cáceres, virólogo, bioquímico y coordinador en el comité de bioseguridad y control de infecciones y Director Técnico en el laboratorio del Sanatorio de la UOM, afirmó a Infobae que “la única forma de terminar con esto es la vacuna, ya que cuando hay un número elevado de casos que aumentan, el virus tiene más posibilidades tiene de mutar”.
La preocupación por las nuevas mutaciones de Covid-19 es cada vez mayor, principalmente por la variante Delta, hasta ahora la más contagiosa, que ya está presente en nuestro país.
Cáceres explicó cómo se originan las mutaciones del virus: “Los coronavirus, y en especial el SARS-CoV-2, tienen un genoma grande, de 30 mil pares de bases, que es el corazón del virus. Cuando ingresa a una célula humana, necesita replicarse, es un parásito intracelular que invade una célula y comienza a replicar ese genoma para comenzar a dar órdenes a la célula que invadió para que arme el virus nuevo”.
“Estos virus de ARN, se replican por acción de una proteína que se llama ARN polimorasa o dependiente, que carece de una exonucleasa correctora. Cuándo se va copiando, en su transcripción que necesita hacer otro igual, no corrige esos errores y comienzan a originarse equivocaciones, que son la base de las mutaciones”, añadió.
Y detalló que “esa mutación, a veces puede tener o un menor o un mayor efecto, que puede hacer que no llegue a nada y se extinga en el mismo momento o bien prosperen y originen alguna variante que pueda generar un escape al sistema inmune”.
“Generalmente las mutaciones más importantes en SARS-CoV-2 se están dando en el genoma de la proteína viral S o spike, que es la llave de ingreso del virus a las células humanas”, especificó Cáceres y aclaró: “Estas variantes se analizan desde la vigilancia epidemiológica molecular, y se hace por consenso mundial a través del GISAID que cuenta con más de 16 mil mutaciones registradas y acá en la Argentina existe el consorcio llamado Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 – PAIS, donde se lleva analizado un número importante de muestras, secuenciadas en formas parcial o total, con más de 1.000 genomas secuenciadas”.
En cuanto a las principales características de las variantes, el virólogo y bioquímico explicó: “En el caso de la Delta estaría, por ejemplo, en que cuenta con un 60% más de transmisibilidad con respecto al linaje original. Más allá de ese porcentaje, también se analiza si es más virulenta, si puede ejercer mayor daño con esa mutación en el genoma que ha adquirido y ver si cuenta con la ventaja evolutiva para hacer el temido escape evolutivo, que a lo mejor las cepas vacunales -inducidas en la vacuna con la respuesta inmunológica- no pueda detectarla o tenga un menor efecto, hecho que sucede con Delta, que tiene cierto escape inmunológico pero afortunadamente débil”.
“Uno cuando hace vigilancia epidemiológica molecular, lo que hace es buscar la mutación específica dentro del genoma. Eso se puede producir en una proteína que tiene algo diferente respecto a la original que le brinda esa ventaja evolutiva. Ese potencial impacto clínico que puede llegar a tener después hay que observar en la población. Se puede avisar que se encontró una mutación específica pero después hay que comprobar su accionar en la comunidad”, amplió.
Cáceres consideró que las mutaciones del coronavirus no serán infinitas, “o por lo menos si llegamos a la inmunidad de rebaño con la vacunación vamos a poder controlar la situación”, añadió.
“Hasta el momento se han visto miles de pequeñas modificaciones que no tuvieron una mayor consecuencia, pero hay algunas variantes de preocupación (denominadas VOC) y de interés, que también son seguidas de cerca por la OMS, para ver si evolucionan y pasan a ser un riesgo a la salud“, agregó.
“Además, no podemos saber cuáles serán las próximas mutaciones, esto es algo totalmente impredecible. Es factible que aparezcan nuevas versiones del SARS-CoV-2, sería lo más esperable, aunque no podemos saber dónde, a pesar de que generalmente las mutaciones que tienen un impacto clínico o efecto en la población cuentan con una mutación que le da una ventaja evolutiva, que puede estar dada en una mayor adherencia a las células humanas; en una mayor capacidad de replicación, en una mayor capacidad de escape inmunológico a la defensa que le presenta el sistema inmune, etc.”, determinó el experto.
Consultado sobre la presencia de la variante Delta en San Nicolás, Aldo Cáceres, responsable de enviar las muestras al Instituto Malbran para su secuenciación, desmintió el rumor que se difundió masivamente en la última semana: “no tengo conocimientos de que sea real“.