Se estableció el 22 de abril para celebrar el Día Mundial del Planeta Tierra, rendirle homenaje y “reconocerlo como nuestro hogar”.
El primer antecedente de esta conmemoración tuvo lugar en el 1945, año en el que Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron el Simposio de Ecología Humana, una conferencia en la que estudiantes escucharon a científicos hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana.
Pero no fue hasta 1972 cuando el senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson proclamó en las Naciones Unidas el 22 de abril como Día del Planeta Tierra.
Nelson lo instauró para crear “una concientización común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra”.
La consigna para este año será “Una sola Tierra”, que destaca la necesidad de vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, a través de cambios sustanciales impulsados por políticas y elecciones cotidianas “que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos”, como asevera el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Muchas organizaciones del medioambiente manifiestan que una acción muy difundida y sencilla en relación al cuidado ambiental es plantar un árbol, algo que contribuye a la mejora de la calidad del aire. Esto no refiere a solo plantarlo en el suelo y dejarlo para que crezca, sino también asumir el compromiso y cuidado.
De igual manera todas las acciones a favor de nuestro planeta deben ser constantes y sostenibles para obtener resultados favorables. “Nuestra responsabilidad para con el planeta va más allá de solo nuestra voluntad. Involucra actuar constante y concretamente con pequeñas o grandes acciones que irán sumando a poder alcanzar un desarrollo sostenible”, sostiene Joel Arias Enríquez, Director de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica San Pablo.