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San Nicolás de los Arroyos
sábado, 7 septiembre, 2024
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LA SOMBRÍA HISTORIA DETRÁS DEL MUNDIAL, SANGRE Y SILENCIO

Hace 12 años, en diciembre del 2010. Joseph Blatter, presidente de la FIFA en aquellos años anunciaba que el mundial 2022 se iba a jugar en Qatar. Los únicos que saltaron de sus asientos felices como lombrices fueron los integrantes de la familia Al Thani. Son los amos y señores de Qatar.


Este pequeño territorio metido en el Golfo Pérsico, con una sola frontera terrestre, con Arabía Saudita, con la que se llevan bastante mal. Qatar está sentado sobre la tercera reserva de gas y petróleo del mundo. Su población es de 250.000 cataríes. Y 2.750.000 trabajadores inmigrantes… Sí, el 80% de la población son extranjeros.


En Qatar la palabra democracia es un chiste de mal gusto. Allí, la que reparte la torta es la familia real Al Thani. Y el jeque Tamim Bin Hamad Al Thani de 42 pirulos y tres bellas esposas… por el momento.


Como son los dueños de Qatar, su patrimonio oscila los 350.000 millones de dólares. Y como ya no saben qué hacer con tantos petro dólares, aparte de construir inmensos edificios, sin razón, en el desierto. Sumado a esto, tienen el tupé de comprar clubes de fútbol, el PSG entre ellos.-¿Y si compramos el mundial de fútbol 2022?- -¡Dale!- contestaron todos… Y compraron un mundial de fútbol, les salió barato…

Le pagaron un millón de dólares a ciertos delegados de la Concacaf (Centroamérica) Un millón y medio a otros de la Conmebol (Sudamérica) Un par de millones por aquí y otro más allá… Dicen que el crack del fútbol francés Michel Platini, que se las daba de virgen, casto y puro, cobró 7,5 millones de dólares. Y el capo di tutti capo, el argentino Julio Grondona (fallecido el 2014) se embolsó 10 palos verdes por dar el sí a Qatar 2022.

De inmediato la realeza catarí, puso manos a la obra. Tenían que construir estadios de fútbol, en un país donde nadie jugaba al fútbol. El proyecto original era de 12 estadios. Quedaron en 8, uno de ellos desmontable, que van a “donar” a algún país donde sí se juegue al fútbol.


No obstante, el asunto más significativamente enterrado en aquellos colchones de arena ardiente, fue que, para construir los 8 estadios, hoteles, aeropuerto, autopista, centros comerciales, necesitaron mano de obra barata, muy barata… y eso que están podridos en dólares. Y llevaron trabajadores inmigrantes al por mayor. En un sistema de esclavitud llamado “Kafala”, que consiste en darle todo el poder a un administrador, explotador por naturaleza, para que contrate inmigrantes y los prive de su humanidad reteniéndole los pasaportes. Haciéndolos vivir hacinados y con horarios de trabajo de hasta 18 horas por día. Sin derecho al pataleo, y mucho menos a cambiar de empleo.


Sin este sistema perverso, construir lo que se construyó en Qatar, con temperaturas que varían de 30° a 50° a la sombra era imposible. Desde el 2010 murió en las faenas un promedio de 12 obreros por semana. Un total de 6.751 trabajadores inmigrantes murieron para que usted; “¡Viva el fútbol!”.


Esto, sin contar los obreros de Kenia y Filipinas, donde no se llevan registros migratorios. Las cifras de muertos aportadas por informes de The Guardian, la BBC y Amnistía Internacional son las siguientes: India 2711… Nepal 1641… Bangladesh 1018… Pakistán 824… Sri Lanka 557.


Si es verdad… se construyeron 8 estadios espectaculares, complejos manchados de sangre. Están tan cerquita el uno del otro, que si sos bueno para andar en bicicleta los recorrés todos, en poco más de medio día.


Pero hay una sombra más siniestra sobre Qatar 2022. La posibilidad latente de atentados terroristas. Los musulmanes, no olvidan, ni perdonan… aunque digan que sí. La familia real de Qatar ha financiado a oscuras facciones terroristas en Siria, Irak, Afganistán y Libia.

En Libia financiaron a los terroristas que asesinaron al líder Muamar el Gadafi en octubre de 2011. ¿Por qué no van a arruinarle “la fiesta” a la realeza pro yankee catarí?
En Europa, al mundial de Qatar le llaman: “El mundial de la vergüenza”. Hay una movida en ciudades francesas para no poner pantallas gigantes en lugares públicos en París, Marsella, Burdeos, Estrasburgo, Lille, etc. Es una forma de protesta por un mundial de fútbol que se llevó la vida y sueños de miles de trabajadores inmigrantes, que no le importaron a nadie. Por 8 estadios excéntricos, que durante 30 días estarán repletos de hinchas. Pero estarán vacíos, por toda la eternidad. Por el capricho de una tal familia Al Thani, que el 2010 compró un mundial de fútbol.


En lo que respecta a los Argentinos que han ahorrado mucho para llegar a Qatar un país que no vende alcohol por su ridícula medida asociada a su creencia religiosa , les espera cárcel por borracheras y disturbios que puedan ocasionar , así como nos gustaría tener calles seguras en Argentina eso mismo se encontraran en Qatar ,orden y cumplimiento de las leyes ,sabiendo lo mal que nos hacen quedar cantando y provocando a los rivales no es de extrañar que lleguen malas noticias de Qatar.

Si no me crees, con ver alguna noticia divagando en las redes sobre la elección de la condena del ladrón elegida por la víctima, es solo una muestra de lo peligroso de su fundamentalismo.

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